Palabra de vendedor: cuando vayas a comprar un coche de segunda mano, jamás digas esto

A la hora de comprar un coche de segunda mano, un conductor tiene que tener presente varias cosas: la estrategia de búsqueda, qué puntos revisar… Y también qué no decir en el concesionario. Un vendedor revela las tres peores frases de los compradores.

Joe Betty está detrás del canal de YouTube Shifting Metal, donde ofrece consejos para ayudar a los conductores a elegir el coche de segunda mano ideal para ellos. También es vendedor de este tipo de vehículos.

Pagar en efectivo

En una de sus publicaciones desvela las tres cosas que nunca hay que decir porque “sacan de quicio” a los empleados de estos concesionarios. La primera de ellas es: “¿Por cuánto me saldrá el coche si pago en efectivo?”.

Los conductores preguntan cuánto descuento pueden obtener al pagar en efectivo, pero hay varios motivos por los que, según este vendedor, no es la mejor fórmula: “No estamos en 1980. Tengo que contarlo y asegurarme de que es real. Y tengo que ir al banco, hacer fila y pagar para depositarlo”. Añade que “el retraso es enorme comparado con una transferencia”.

El seguro del coche

Joe reveló otra pregunta que teme que le hagan: el precio del seguro del coche que quieren comprar. Explica que es complicado proporcionar estimaciones debido a la gran cantidad de factores que influyen en una póliza: “Para las aseguradoras, la principal variable es el propio conductor”.

Por ello, aconseja a los compradores que comparen precios para obtener cotizaciones antes de ver un modelo: es una forma de tener una idea más clara de los costes que implica ser dueño de ese vehículo en cuestión.

“No hay prisa”

La última frase que puede hacer saltar las alertas de un vendedor es: “No hay prisa”. Cuando cierran una venta y un conductor dice eso, suelen ser tres palabras engañosas: “Normalmente, son los más impacientes”.

Explica que cuando venden un coche, “todavía no le hemos pasado la ITV, no le hemos hecho el mantenimiento y tampoco está limpio. Por eso, siempre les decimos a nuestros clientes que en un máximo de siete días el vehículo estará listo: les llamaremos y acordaremos un día de recogida”. Si pronuncian la frase maldita, “el 99% de las veces llamará al cabo de unos tres días para preguntarte cómo va”.