Remontémonos un año atrás: BMW presenta el X2 Concept, un prototipo que adelanta el futuro BMW X2 de producción, contrapartida deportiva del X1 siguiendo el ejemplo instaurado por las parejas X3 / X4 y X5 / X6. El modelo llamó la atención por un carácter más desenfadado del que suele ser habitual en BMW, pero, 11 meses después, el fabricante ha desvelado sus primeras imágenes oficiales y, como era de esperar, el todocamino ha adoptado una imagen bastante más convencional.
Todavía cubierto de camuflaje hasta arriba, los vinilos no ocultan la mayoría de sus rasgos, que se antojan bastante más comedidos que los del concept (lo que es lógico). Empezando por el frontal, la parrilla de doble riñón sí conserva los laterales exteriores inclinados, de los que parten a cierta distancia unos grupos ópticos alargados de un tamaño sensiblemente superior.
En el paragolpes se ha perdido la vistosa configuración de tres entradas de aire, pero en su lugar se ha optado por una sola enorme que ocupa todo el ancho y está cruzada por tres láminas horizontales.
En el lateral no se puede apreciar si la moldura de plástico protector discurre de igual forma que en el prototipo, pero sí se ve que las ventanillas respetan el diseño original, aunque incluyendo un pilar B que no existía en el prototipo y ensanchándose a la altura de las plazas traseras para ofrecer una mayor superficie acristalada.
La zaga mantiene una caída de techo más alargada que la del X1, pero es sensiblemente menos dinámica que en el BMW X2 Concept, y la zona que recibe un mayor golpe de realidad es la del difusor, que es mucho más pequeño y sustituye las dos enormes salidas de escape circulares por dos de tamaño más realistas, además de rebajar su posición.
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