El Toyota GT86 es uno de los pocos deportivos asequibles que siguen en venta en el mercado actual. Y aunque la competencia no es muy feroz (el Nissan 370Z es la mejor alternativa), año tras año la Toyota lo actualiza en mayor o menor medida para darle valor añadido. En su versión para 2018 el gran beneficiado es su sistema de frenos.
Y es que el GT86 recibe la asistencia del especialista Brembo y monta discos de 326 mm de diámetro en el eje delantero mordidos por pinzas de cuatro pistones y de 316 mm en el trasero con pinzas de dos. Estas son de serie en todas las variantes del modelo, de color rojo con el logo en blanco y suman pastillas específicas. Además, se asocian a unas nuevas llantas de aleación de 17 pulgadas de diseño de 10 radios y acabado bitono.
El principal inconveniente es, de nuevo, la ausencia de cualquier tipo de potenciación para su motor, que muchos creen que se queda corto. Se trata de un bloque bóxer tetracilíndrico que desarrolla 200 CV.
Cabe recordar que el cupé ya tuvo una actualización de mayor calado a principios de este mismo año, en la que se modificaron numerosos elementos estéticos, aumentó su rigidez, varió la configuración de su suspensión y sumó un nuevo modo de conducción ‘Track’ que permite reducir al mínimo la intervención de los sistemas electrónicos.
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