El futuro en tres etapas. Los fabricantes de neumáticos están investigando para concebir cubiertas más avanzadas que las actuales. Uno de los objetivos principales consiste en resolver la problemática de los pinchazos. Pero la innovación permite ofrecer al mismo tiempo nuevas características de funcionamiento que, con la tecnología de hoy, parecen casi de ciencia-ficción. Los compuestos polimórficos, capaces de cambiar de forma e incluso de autorrepararse, son un buen ejemplo. Estas son las tres líneas de I+D más prometedoras.
1. SIN AIRE, SIN PINCHAZOS
La primera propuesta es de Michelin, se llama Tweel y ya se comercializa. Se trata de un neumático que no tiene aire y no se pincha. Su concepto estructural es similar al de las ruedas que se utilizan en los vehículos espaciales, como los rover lunares.
La cubierta mantiene una flexibilidad equivalente a la de las ruedas convencionales y está pensada para vehículos agrícolas e industriales. Soporta mucho peso y resulta resistente, pero no se lleva bien con las velocidades elevadas, por eso no se ofrece en automóviles. Desde Michelin señalan que “seguimos trabajando con la problemática de las vibraciones a alta velocidad [120 km/h o más]”.
2. CON INTELIGENCIA ARTIFICIAL
Monitorización constante, como en la Fórmula 1. El interior del neumático integra varios sensores que pueden proveer información valiosa: pinchazos, desgaste de la banda de rodadura, temperatura… Además, la cubierta puede sentir la carretera e informar al coche del estado del piso, el nivel de adherencia disponible y otros parámetros. Y así se podría reforzar la eficacia de funcionamiento de los sistemas de seguridad del coche (frenos ABS, control de estabilidad…), que contarán con datos de primera mano procedentes del asfalto.
Uno de los prototipos más avanzados es el ContiSense de Continental y se espera poder lanzarlo al mercado a corto plazo (uno a tres años). En una etapa de desarrollo posterior, cuando los vehículos autopilotados empiecen a popularizarse, los sensores servirán para que estos modelos vayan solos al taller cuando precisen un cambio de ruedas.
3. FORMAS CAMBIANTES
El final del camino: una goma mágica capaz de cambiar de forma y de autorrepararse. La innovación es de Goodyear y se conoce como Eagle 360. La marca lo presenta en forma de una esfera futurista, aunque la clave está en el material, que tiene la habilidad de alterar su dibujo para adaptarse a pisos secos y húmedos con el objetivo de potenciar el agarre.
Y aplicando el mismo principio, puede también arreglarse solo, cerrando literalmente el orificio o desperfecto que haya causado la pérdida de aire. Por el momento es un prototipo que está en fase de I+D, pero la compañía vislumbra que la propuesta podría “estar lista hacia 2030”.
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