La moto eléctrica busca su espacio en la movilidad urbana

Se disparan las ventas de este vehículo ideal para las ciudades, que sigue la estela del coche sin emisiones.

Torrot
El escúter eléctrico busca conquistar la ciudad con sus ventajas.

La movilidad urbana se encuentra en pleno proceso de transformación y la moto eléctrica busca su espacio en este nuevo escenario. Al igual que los automóviles, los vehículos de dos ruedas sin emisiones deben jugar un papel protagonista en un entorno más limpio y saludable, aportando además las ventajas añadidas de un tamaño reducido, ideal para los desplazamientos en el denso tráfico de las ciudades, sin olvidar su fácil estacionamiento.

Las matriculaciones de automóviles con algún tipo de asistencia eléctrica supusieron en España el 5,1% del total el pasado año, al alcanzarse 64.386 unidades, con un incremento interanual del 79,9%. De los concesionarios salieron 8.645 coches puramente eléctricos, sin motorización de combustión, con el liderato en este segmento de Renault (1.327), por delante de BWM (683) y Daimler (531). La moto eléctrica no está tan afianzada, ya que en 2017 rondó el 3% del mercado, según la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso del Vehícu­lo Eléctrico (Aedive). Salieron a la calle 4.386 unidades, repartidas entre 1.816 ciclomotores y 2.570 motocicletas, con un crecimiento del 188% sobre 2016 para los primeros y del 223% para las segundas. Una diferenciación hecha según el rendimiento de sus motores y el tipo de permiso necesario para su uso: licencia en los ciclomotores y carné A1, A2 o B para las motos.

La oferta actual de modelos es amplísima, muchos de ellos de fabricantes chinos, aunque el grueso del mercado se reparte entre unas pocas marcas: Govecs (777 unidades en 2017), Going Green (191) y Eos (152), en el caso de los ciclomotores, y Torrot (1.638), Silence (519) y BMW (178), entre las motos. La mayoría son escúteres urbanos, aunque existen otros para carretera (Zero Motorcycles, por ejemplo) o versiones de motos de campo como la Freeride de KTM.

Pese al gran crecimiento, la moto eléctrica por el momento no ha calado entre los particulares. La mayoría de las ventas se dirigen a las flotas de empresas de reparto o alquiler. Es el caso de Torrot, la marca española líder con 1.638 matriculaciones el año pasado, que disfruta de este privilegio gracias a su papel de proveedor de compañías de moto sharing en España y en otros países europeos. Iván Contreras, su consejero delegado, señala los argumentos para este modelo de negocio: “Ofrecemos mucho más que motos, nuestro desafío es la movilidad limpia y conectada, más que vender motos buscamos personas que accedan a estos avanzados servicios en cualquier formato. Y para darlos a conocer el alquiler es una herramienta ideal”.

Muvi

Torrot apuesta por la moto limpia y conectada. / Torrot

Y es que la motocicleta debe intentar conquistar a esos particulares que buscan una alternativa a los medios de transporte habituales en la ciudad no solo por la ausencia de emisiones contaminantes, sino también por su agilidad, según reclama para el sector José María Riaño, secretario general de la Asociación Nacional de Empresas de las Dos Ruedas (Anesdor): “La moto está llamada a jugar un papel fundamental en la consecución de una movilidad más sostenible en las grandes ciudades. Los Ayuntamientos deben contar con ella en sus planes y excluirlas siempre de sus restricciones en los episodios de contaminación, como han hecho Madrid o Barcelona”.

Cada moto eléctrica evita la emisión de unos 300 kilos de CO2 al año respecto a un modelo de combustión equivalente, que a su vez contamina la mitad que un coche, con lo que sus beneficios medioambientales son incuestionables, como defiende Carlos Sotelo, consejero delegado de Silence: “La situación actual es insostenible, los riesgos de la contaminación son gravísimos y las grandes ciudades deberán tomar medidas drásticas antes de lo que pensamos. En esa situación la moto eléctrica es la herramienta ideal porque no produce emisiones y tampoco hace ruido. La tendencia es imparable”.

Además de las empresas, las corporaciones y entidades públicas también están reforzando su apuesta por la moto eléctrica. Correos incorporó en 2017 a su flota de reparto 200 unidades Silence de Scutum, que se sumaron a las 100 previas, mientras que el Ayuntamiento de Barcelona cuenta para sus agentes con 30 escúteres C Evolution de BMW, uno de los modelos más sofisticados y costosos del mercado (desde 14.250 euros). El gran desafío para los fabricantes es trasladar estas ventajas al cliente particular.

BMW

El modelo eléctrico de BMW es uno de los más sofisticados. / BMW

Ajustar las tarifas del producto, ampliar su autonomía (hoy la media ronda los 100 kilómetros) y facilitar la recarga con baterías extraíbles que permitan realizar el proceso en cualquier lugar, sin depender de puntos específicos, son prioridades en las que trabajan las marcas. Una moto eléctrica debería ser tan competitiva en precio como una con motor de explosión, más ventajosa incluso considerando las ayudas públicas a la compra que se activan ocasionalmente y en las que el sector reclama un mayor peso específico. Y todo ello sin olvidar el ahorro tanto en su mantenimiento como fundamentalmente en el coste de la energía utilizada, muy inferior al de los combustibles fósiles.

TAMBIÉN HARLEY Y MOTOGP

Lo imparable de la electrificación en la moto se refrenda con el reciente anuncio de Harley-Davidson de lanzar un modelo de estas características en un plazo de 18 meses. La marca estadounidense es todo un icono del sector, con máquinas poderosas, de un sonido inconfundible y con motores bicilíndricos de gran cilindrada. Pero su necesidad de un nuevo perfil de clientes ha empujado a sus responsables a activar el proyecto de moto eléctrica que ya iniciaron en 2014 con el prototipo bautizado como LiveWire.
Tampoco la competición es ajena a este fenómeno imparable.El Campeonato del Mundo de Motociclismo contará a partir de la temporada 2019 con la categoría específica MotoE, con 18 pilotos en pista que se disputarán la victoria en las cinco carreras ­europeas programadas para su primera edición, todas a 10 vueltas y con celebración los domingos de gran premio. La moto para los nueve equipos participantes será idéntica, la Energica Ego, con una potencia de 136 CV y capaz de alcanzar los 240 km/h.

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