Los descapotables tampoco se salvan de la fiebre de los SUV. La variedad de modelos y las ventas están en retroceso, pero aunque han desaparecido algunos modelos, hay todavía suficiente oferta para encontrar el que mejor se adapte a las necesidades personales. Y mantienen las mismas virtudes que les han caracterizado siempre: representan la interpretación más lúdica del automóvil y amplían el disfrute al volante frente a los coches cerrados.
La mayoría de las marcas populares han renunciado a las versiones descapotables, porque son más caras de desarrollar y producir. Primero fue la crisis de 2007, y ahora el fenómeno SUV, que ha concentrado las inversiones en los todoterrenos modernos dando la puntilla a los modelos descubiertos.
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Volkswagen lanzó la moda de los compactos cabrio en 1979, con el Golf Cabriolet. Pero la generación actual no ofrece esta variante, y lo mismo ha sucedido con las versiones descubiertas o CC de los Peugeot 308 y Renault Mégane. Y en los utilitarios la extinción ha sido completa. Los que perviven son deportivos muy exclusivos (Audi R8 Spyder, Porsche 911 Cabrio, Ferrari Portofino…) o modelos con larga tradición de versiones abiertas, como el Ford Mustang o el Mini. Y también están los clásicos roadsters de dos plazas: Mercedes SL, Mazda MX-5, Fiat 124 Spider, Porsche 718 Boxster, Jaguar F-Type o Audi TT.
Las marcas premium mantienen la oferta, aunque reducida. Así, Audi la restringe al A3 y al A5 Coupé; BMW, que va a lanzar en breve su nuevo Z4 (desarrollado con Toyota para reducir costes), tiene versiones decapotables en los Serie 2, 3 y 4, y Mercedes los mantiene en los Clase C, E y S.
La explosión de los SUV ha concentrado las inversiones y estos modelos no ofrecen versiones abiertas. La excepción es el Range Rover Evoque, que ha confirmado también una variante cabrio para su segunda generación, que se presentará en otoño.
Los sofisticados techos metálicos retráctiles, que parecían imponerse en la década pasada como la mejor solución, se están sustituyen ahora por las capotas de lona tradicionales, aunque casi siempre con accionamiento eléctrico y diseño tricapa para ofrecer un buen aislamiento térmico y acústico. Además, ahora son más ligeras, restan menos espacio al maletero cuando se pliegan y, sobre todo, salen más económicas.
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