A pesar de su corta trayectoria, el CX-5 se ha convertido en el modelo más popular de Mazda. En solo cinco años de existencia, el SUV medio de la firma nipona acapara el 25% de las ventas mundiales y un 40% en el mercado español. Un éxito que se mantenía en línea ascendente, lo que no ha impedido que se lance ahora su segunda generación. Un salto cualitativo para infiltrarse en el segmento premium. Sus claves son la línea renovada y múltiples mejoras técnicas y de equipamiento.
Con la aparición del primer Mazda CX 5 en 2012 se introdujo la filosofía de diseño KODO (alma en movimiento), que posteriormente se trasladó al resto de la gama Mazda. El renovado CX-5 va un paso más allá con una evolución tridimensional del frontal, que incorpora faros adaptativos LED de cuatro a doce módulos, y una vista lateral limpia, en la que no hay nada superfluo. Puro minimalismo japonés. Destacan el nuevo color Soul Red Crystal o la incorporación del portón eléctrico trasero por primera vez en un vehículo de la marca.
En el interior se hace más fácil la vida al conductor. La nueva pantalla activa en el cristal ofrece las informaciones de velocidad, señales y navegación, y permite mantener la vista al frente. Los asientos son ahora más envolventes y se ha trabajado mucho en la insonorización, escondiendo los limpiaparabrisas bajo el capó y mejorando las ventanillas delanteras.
La gama de motores gasolina (que vuelven a ser los preferidos del mercado) incluye el 2.0 de 160 y 165 CV, el 2.5 de 194 CV y hay dos diésel de 150 y 175 CV. Se puede escoger entre la caja de cambios manual o automática, ambas de seis velocidades, y tracción delantera o total. El chasis ha ganado un 15% en rigidez y gracias a las mejoras en dirección, suspensión y frenos, sumadas a las menores vibraciones (que también ayudan a la mejor insonorización interior), el CX-5 aporta ahora una conducción más precisa y mejor confort interior.
En el apartado tecnológico se han incorporado numerosos elementos que mejoran la seguridad y facilitan la conducción. Gracias al radar milimétrico, sensores ultrasonidos y cámaras externas se ha desarrollado un sistema de control de crucero adaptativo con Stop&Go que frena el vehículo y lo vuelve a poner en marcha a bajas velocidades, de gran utilidad cuando se circula en atascos. Los sistemas de conectividad y los equipos de sonido también han sido mejorados.
El nuevo Mazda CX-5 ya está disponible en el mercado español con una tarifa de precios que arranca desde 26.600 euros y llega hasta 41.600 euros de la versión más refinada. La campaña de lanzamiento contempla un descuento de 2.000 euros, a los que se suman otros 500 euros si se financia, lo que además da derecho a cinco años de mantenimiento.
Desactivación de cilindros
El motor de gasolina 2.5 de 195 CV incorpora un sistema de desactivación de cilindros que apaga dos de ellos cuando la carga es baja, por ejemplo, en llano a velocidad contante. Cuando se circula a una velocidad constante de 40 km/h el consumo mejora hasta un 29%, y a 80 km/ se reduce un 5%. Las vibraciones de este sistema se evitan gracias a un amortiguador centrífugo que equipa la transmisión automática para evitarlo. La admisión de aire, la inyección de combustible y la sincronización del encendido controlan que la transición entre el funcionamiento en dos y cuatro cilindros sea prácticamente imperceptible.
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