Durante el mes de agosto del pasado año se produjo un auténtico cataclismo en el mercado español del automóvil. La entrada en vigor el 1 de septiembre de la nueva normativa de medición de emisiones WLTP forzó a sacar de los concesionarios decenas de miles de unidades (con un crecimiento interanual del 48%) que no se podrían vender ya desde esa fecha. Unas destinadas a clientes finales (pese a tratarse de un periodo complicado para este tipo de operaciones en plena época vacacional) y otras a través de automatriculaciones de las empresas del sector.
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El fenómeno se repite ahora en cierta medida, aunque a una escala muy inferior. También en septiembre se ponen en marcha las mediciones de emisiones reales en conducción (RDE por sus siglas en inglés, Real Driving Emissions), una normativa complementaria a la WLTP que obliga a los fabricantes a realizar pruebas prácticas de circulación para homologar las emisiones de NOx (óxidos de nitrógeno) de sus vehículos.
Aunque las marcas afrontan ahora el cambio legislativo en mucho mejores condiciones que en el pasado, ello no significa que todas las unidades que se encuentra en sus redes estén adaptadas a las nuevas exigencias, por lo que tendrán que matricularlas, de uno u otro modo, antes de esa fecha límite del día 1 del próximo mes.
Según Faconauto, la patronal de los concesionarios de automoción, el efecto de esta circunstancia será muy inferior al de 2018, cifrando en unas 15.000 unidades las que las redes tendrán que vender antes de acabar el mes de agosto. Un escenario que puede traducirse en interesantes ofertas comerciales para los modelos afectados por el cambio de normativa, que por supuesto son plenamente legales y vigentes porque tan sólo se han homologado previamente a los parámetros que ahora entran en vigor.
Faconauto considera que el impacto entre las diferentes marcas será desigual, pero en todo caso es posible encontrar estas oportunidades entre los vendedores que decidan ajustar su margen de beneficio en determinadas operaciones antes de proceder a la posterior automatriculación del vehículo.
Porque esta fórmula será la única que les quede a los concesionarios para dar salida a las unidades no homologadas con la nueva directriz: matricular ellos mismos el coche para su posterior comercialización como vehículo de kilómetro cero. De hecho, la patronal ha negociado con el BBVA una línea de crédito especial para que sus asociados puedan hacer frente a las exigencias financieras que plantea esta coyuntura.
El efecto consiguiente se producirá a partir del 1 de septiembre, cuando se empezarán a vender esos miles de coches automatriculados. Los concesionarios podrán ofrecerlos a sus clientes ya sin tanta premura, pero también a precios significativamente inferiores, en algunos casos con rebajas de hasta un 30%. Serán vehículos de ocasión y sin posibilidad de personalización: el comprador debe decantarse por una unidad concreta en su configuración, color, motorización o equipamiento.
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Una vida sobre ruedas. De piloto (malo) de motocross a periodista deportivo en Diario AS, incluyendo una década en los grandes premios de MotoGP. Apasionado de los coches y las motos, en más de 30 años ha tenido el privilegio de probar unos cuantos cientos de unos y de otras. Ahora, subdirector en Prisa Motor.