El sonido del soldador moldeando la carrocería de un modelo ya obsoleto de Mercedes se evapora entre el apaciguado silencio que envuelve a este taller. Aquí, la concentración es la pieza esencial para conseguir una milimétrica perfección. El resultado: vehículos de hasta un siglo de antigüedad que quedan como recién salidos del concesionario. «Somos gestores de ilusiones», bromea Regis de Nicolás, uno de sus dueños. Con apenas 40 años, él y Raúl Aranda dirigen uno de los pocos talleres de restauración integral de coches clásicos que existe en España. Su particular factoría, Cochera, está en Cercedilla, un municipio madrileño en la sierra de Guadarrama.
La casualidad les sitúo en el momento y lugar precisos para dar un giro drástico a sus profesiones y hacer de su hobby su modo de vida. Raúl era asesor fiscal; Regis, consultor de I+D en la Comunidad de Madrid. Su pasión, idéntica: los coches clásicos.
Ambos ayudaban de vez en cuando a Carlos, antiguo dueño de este taller. Le asesoraban sobre cómo publicitar su negocio en Internet, cómo llevar las cuentas de la empresa… hasta que un buen día, Carlos, cansado del negocio, les ofreció hacerse cargo de él. Los jóvenes viraron por completo su futuro profesional y decidieron viajar por toda Europa para descubrir cuáles eran las tendencias que están triunfando en el mercado automovilístico. Necesitaban una apuesta, una idea que funcionase. Decidieron decantarse por restaurar Mercedes, una marca que siempre ha contado con un gran prestigio en España. «Existen miles». De Nicolás se detiene un segundo y enfatiza: «Cientos de miles de coleccionistas de Mercedes clásicos en nuestro país».
Su apuesta fue diana. En los últimos años, el coleccionismo en clásicos ha aumentado un 25% su valor. La mayor consultora inmobiliaria privada del mundo, Knight Frank, en su Informe sobre patrimonios de 2013, recogía la subida de un 7% en el índice de inversiones de lujo de los coches clásicos entre junio de 2012 y junio de 2013. Porcentaje compartido con el de los sellos y las monedas. En lo que se refiere a los últimos 10 años, los clásicos están en lo más alto de la revalorización con un aumento del 430%, muy por encima del 255% de los sellos.
El mercado español está, sin embargo, empezando a conocer la restauración y aún tiene que madurar. Existe una idea, según De Nicolás, «equivocada», de que la restauración «está reservada a personas ricas», pero por los pasillos de Cochera han pasado todo tipo de clientes. El precio de un coche restaurado va desde los 2.000 euros hasta el millón o millones de euros. «Tenemos mucho cliente extranjero que viene aquí porque la mano de obra es más barata y, por tanto, el precio es más económico».
Cada rincón del taller emana pasión por los coches, por lo clásico. En el despacho de los gerentes, miles de publicaciones especializadas reposan en las estanterías; el color ya amarillento de algunas delata su valor histórico. El resto de decoraciones lo completan maquetas de vehículos, cláxones, llantas y una infinidad de trazas que delatan al coleccionista. Una planta más abajo, donde se restauran los vehículos, la tranquilidad permanece intacta. Tienen una plantilla de 16 personas, casi todos ellos españoles. «Bueno, hay un empleado que es ucranio, licenciado en Ciencias del Mar», comenta riendo De Nicolás. «Gente curiosa la que trabaja aquí».
Entramos en quirófano. El primer paso es desmontar el vehículo y evaluar el estado de la carrocería. «Es igual que el esqueleto humano», explica el gerente de Cochera. Aunque ya no existen profesionales carroceros. Una dificultad que se añade al hecho de tener que trabajar con una tecnología obsoleta. El 70% del presupuesto depende de la carrocería. La observan con detenimiento. La lijan con mimo. Luego piden las piezas necesarias o bien a Mercedes Benz o a diferentes profesionales. Todas estas labores implican mano fina y no casan bien con las prisas. «La gente que se decide a restaurar un coche es por sentimiento, por nostalgia. Normalmente tardamos un año, año y medio en acabar un coche, pero al cliente no le importa lo que tarde, sino que el resultado sea perfecto», comenta De Nicolás. Antes de entregar un vehículo, los prueban por carretera unos 1.500 kilómetros para saber si valen para recorrer una larga distancia, ya que hay coches que en su momento no estaban ideados para esa función.
La crisis ha pasado de largo en este taller. Llevan ya varios años en los que los resultados de sus cuentas dan positivo. Movidos por este tirón, quieren ampliar su negocio y centrarse en la flota de vehículos de alquiler que ya ofertan a aquellos interesados en probar un día la experiencia de conducir un coche así. También quieren abrir oficina en el centro de Madrid. En un principio se instalaron en Cercedilla, alejados de la mirada de los curiosos porque es una actividad que necesita cierto retiro. De Nicolás confiesa que, incluso alejados del bullicio, «esto es como un museo. Se pasa mucha gente a fisgonear y admirar los vehículos que tenemos».
En el escaparate conviven varias reliquias. Desde un Pontón Coupe de 1956, valorado en 80.000 euros, o un Pagoda 250 SL que se puede alquilar por algo más de 100 euros, hasta la más especial: un Mercedes Knight de 1918 que ha conseguido sobrevivir a las dos grandes guerras y sobre el que parece no haber pasado el tiempo.
Entre los vehículos se abre paso una gran caja de madera que guarda con reservado cuidado el primer vehículo a motor patentado, un Benz de 1886 que le han mandado desde la casa de Mercedes España para que lo reparen. De Nicolás recuerda que es el mismo modelo que el que le llevaron al actor Rowan Atkinson, conocido por su papel como Mr. Bean, cuando visitó en 2012 el programa de televisión El hormiguero. «El actor es un amante de los coches antiguos, como buen británico. No sabían qué llevarle, y con esta joya acertaron».
Pero ¿cuándo un coche deja de ser antiguo y se convierte en clásico? «Pues depende del modelo. Hay coches que nacen clásicos ya, pero no todos pueden llegar a serlo», explica el dueño de Cochera. Youngtimer es el término inglés que se usa para denominar a un coche que todavía no se puede considerar clásico, pero que su cotización está en alza. Algunos de los modelos youngtimer que están a un paso de convertirse en futuras piezas de coleccionistas son el Peugeot 205 GTi, el Audi S2E o el Ford Sierra RS Cosworth. El taller de Cercedilla acudió el pasado fin de semana a la quinta edición del Salón Internacional Vehículo Clásico en Madrid junto a 300 expositores de más de 10 países. Esta feria es la mayor exposición sobre el motor clásico en España, en la que se pueden ver vehículos no solo de Mercedes, sino Renault, Seat, Alfa Romeo, Porsche o incluso Harley-Davidson. Allí se dieron cita los amantes de lo clásico, que este año apostaron por una propuesta con marca propia y hecha en casa; una marca made in Spain.
Locos por lo clásico
La feria ClassicAuto Madrid lleva ya cinco ediciones seguidas reuniendo a los más importantes profesionales del coleccionismo en clásicos. En esta edición, celebrada el pasado fin de semana, los protagonistas han sido el Seat Ibiza, que cumple 30 años, y el Renault 4L, junto con medio millar de automóviles clásicos que cubrieron cada rincón de la exposición.
La Classics and Legends se estrenará este fin de semana en el Circuit de la Comunitat Valenciana mostrando las piezas más exclusivas de las colecciones valencianas y del resto de la geografía española de motociclismo y automovilismo.
Epocauto Reus es la feria de clásicos más legendaria en España. El fin de semana del 15 y 16 de marzo cumplirá ya 14 ediciones. En esta muestra se pueden encontrar coches y motos de época no solo nacionales, sino de otras partes de Europa, como Francia e Italia.
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