La leyenda vuelve a la vida: el Renault Alpine A110 es uno de esos coches míticos que se ha mantenido en la memoria del aficionado del motor incluso con el paso de los años. El anuncio en 2012 de la idea de resucitarlo fue una sorpresa bien recibida y la presentación del Alpine Vision en el Salón de Ginebra de 2016 no hizo sino aumentar la expectación hasta niveles más altos. Y ahora, con todos los detalles del modelo final al alcance, la espera ha merecido la pena.
Y es que este Alpine A110 moderno honra y homenajea al original en todos sus aspectos. Salta a la vista que se parece al ‘abuelo’: los grupos ópticos dobles, el nervio que parte del centro del capó, las líneas de tensión que recorren los laterales, su silueta y la línea de caída del techo… todo indica que se trata de su heredero.
Además, mantiene el concepto de cupé deportivo ligero y divertido, algo que queda claro tanto en sus dimensiones (4.180 mm de largo, 1.800 mm de ancho y 1.250 mm de alto) como en su peso, 1.080 kilos en su versión de acceso que se reparten de manera casi perfecta 44/56 entre sus dos ejes.
Por eso no extraña la decisión de Renault-Alpine de utilizar un motor potente pero compacto, no un bloque mayor con un derroche exagerado de caballos que pudiera comprometer su ligereza. El elegido ha sido un 1.8 tetracilíndrico que desarrolla 252 CV y 320 Nm de par, asociado a una transmisión automática de siete relaciones y doble embrague, con un sistema de propulsión trasera. Como resultado, acelera de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos y tiene una velocidad máxima autolimitada a 250 km/h.
Además, cuenta con un selector de modos de conducción (Normal, Sport y Track) que afectan a la respuesta del motor, la caja de cambios, la dirección, el sonido del escape, el control de estabilidad y la información mostrada en el cuadro de instrumentos.
Ya en el habitáculo, los asientos tipo baquet combinan tejido Alcántara, cuero y aluminio, combo que repite en el volante achatado en su base. En líneas generales es bastante minimalista y todo el protagonismo recae en la consola central, con pantalla flotante y botonería inferior de aluminio.
Por el momento sólo se conoce el precio de la Première Edition en Francia, donde costará 58.500 euros, y que las entregas empezarán a finales de este 2017.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.