Las tareas pendientes llevan sucediéndose incesantemente, como en cascada, desde la vuelta de vacaciones. El primer paso fue llenar ese erial en el que se había convertido la nevera; después, varias visitas al centro comercial para preparar la vuelta al cole; en el trabajo, docenas de asuntos pendientes y de reuniones que avanzan lo largo que será el invierno. Pero quizá hayas olvidado algo, quizá aún no te hayas preocupado de que también tu coche vuelva a la normalidad.
Porque lo vas dejando, porque no tienes tiempo y, aunque cada vez que te montas en él proclamas en alto aquello de ‘este domingo me pongo’, las alfombrillas siguen llenas de arena y los limpiaparabrisas te regalan, cada vez que los pones a funcionar, su colosal y agónico chirrido. Por eso, aquí tienes un listado de trucos y recomendaciones para que tu coche vuelva a lucir como nuevo después de las largas y, seguro, movidas vacaciones.
PRIMERO, LA LIMPIEZA
Porque vuestro sufrido compañero de viaje os habrá llevado hasta la playa, hasta la montaña, hasta la barbacoa en la casa de verano de tu amigo o, incluso, habrá visitado con vosotros los pequeños pueblos el sur de Francia. Y lo habrá hecho sin quejarse, pero conviene que ahora seas tú el que le premie con una limpieza a fondo.
Elimina la arena y los pelos de tu mascota
Ya es tarde para usar alfombrillas de repuesto y fundas para los asientos. Pero todo tiene solución. En este caso, la única alternativa es dedicar el tiempo necesario a un aspirado concienzudo, quitando todos los elementos que no sean fijos y lavándolos por separado. Para los asientos, podrás usar también espuma seca y cepillos de púas de goma o rodillos de pegamento, que arrastran y eliminan pelos y pelusas con facilidad. Ten especial cuidado si utilizas paños o bayetas húmedas: las tapicerías suelen soportar bien el agua pero, en el caso de que sean de piel u otros materiales más sensibles, estas pueden quedar dañadas y llenas de marcas.
El salitre, un poderoso enemigo
Y, además de poderoso, casi invisible y muy corrosivo. Para eliminar el salitre, agua abundante, preferiblemente templada y, a ser posible, aplicada de forma manual con esponjas suaves y sin ejercer presión para evitar que la carrocería se raye. Después de lavarlo detenidamente, será recomendable que apliques una capa de cera que devuelva el lustre perdido.
El olor a comida y a tabaco
Porque durante las largas travesías habréis picado unas patatas fritas, os habréis comido unos cuantos bocadillos y tal vez os hayáis fumado algún que otro cigarrillo. Para eliminar los olores, primero deberás asegurarte de que no tienen un origen concreto; de ser así, deberás eliminar las manchas con un paño húmedo y untado en suavizante para la ropa, siempre y cuando el material de los asientos lo vaya a soportar. Si esta se resiste, otro truco es cerrar el coche y poner la calefacción a máxima potencia, logrando así que la mancha se reblandezca y consiguiendo además que muchos de los olores se evaporen con el calor.
También puedes espolvorear bicarbonato de sodio por las alfombrillas y asientos después de haberlos aspirado, logrando que los olores se neutralicen. Por otro lado, y si te gusta el café, también será buena idea meter unos cuantos granos en un bote agujereado y colocarlo debajo de los asientos, consiguiendo una fragancia natural. Y, sobre todo, no confíes únicamente en los ambientadores ni en el clásico pino para el retrovisor; estos sólo camuflan por un tiempo limitado y en ningún caso eliminan los malos olores, así que únicamente conseguirás un ambiente más mareante y nauseabundo.
Y DESPUÉS, EL MANTENIMIENTO
De sobra son conocidos los consejos que se deben seguir para preparar al coche para un viaje largo pero, en muchas ocasiones, los cuidados no continúan una vez terminados los periplos veraniegos. Esto es lo que se debe tener en cuenta:
Revisa los niveles de líquidos y la presión de los neumáticos
El aceite, el líquido refrigerante, el del limpiaparabrisas… Seguro que los revisaste antes de salir, pero, ¿cómo están ahora que ya has vuelto de tus vacaciones? El consumo habrá sido notable, así que no estará de más que devuelvas todos los niveles a sus marcas adecuadas. Y lo mismo ocurre con la presión y el estado de los neumáticos: comprueba y restablece tras el desgaste.
Cambia los limpiaparabrisas
Y olvídate del chirrido acosador. Probablemente, estos se hayan deteriorado durante el verano por efecto del sol y, quizá también, por la falta de uso. Así que, ahora que se acerca el mal tiempo y, con él, las lluvias y demás inclemencias, estará bien que los sustituyas.
Vacía completamente el maletero
Durante dos meses, ha estado repleto de docenas de objetos de todo tipo, y muchos de ellos seguro que continúan todavía allí. Pero ahora ya no tienen ninguna función, así que será mejor que vacíes el maletero de cualquier elemento que ya esté en desuso. Recuerda que el peso extra sólo provoca que gastes más combustible, así que devuelve al trastero las sombrillas, balones y sillas de playa que ya no vayas a utilizar hasta el año que viene.
Y, lo mejor para adelantarte a los problemas, llévalo al taller
Quizá la revisión de mantenimiento general esté a la vuelta de la esquina, y ahora es el mejor momento para hacerla. Los mecánicos pondrán tu coche a punto después de haberlo castigado con viajes de largo recorrido y lo dejarán listo para el nuevo curso.
No lo dejes por más tiempo y aprovecha que todavía hace buen tiempo. Como siempre, la prevención será la mejor manera de evitar los problemas y, si tu coche te ha permitido tener unas buenas vacaciones, es hora de devolverle el favor.
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