Las divisiones de personalización de las marcas de lujo han ido ganando peso e importancia en los últimos años, aportando el toque extra de exclusividad a unos modelos que ya se salen de lo ordinario. En el caso de Aston Martin, es su rama Q la encargada de tales tareas, en 2022 cumple 10 años y la firma británica ha decidido celebrarlo por todo lo alto lanzando un coche único, el Aston Martin DBR22.
Se trata de un descapotable tipo barchetta inspirado por modelos clásicos de competición de la compañía, concretamente el DB3S de 1952 y el DBR1 de 1959, este último con el que Carroll Shelby y Roy Salvadori ganaron Le Mans.
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Es algo que queda patente desde el primer vistazo, con el estilo de carrocería elegido, con un parabrisas de tamaño mínimo, una parrilla delantera con un nuevo diseño basado en el de dichos modelos y sendas jorobas tras los dos asientos para mejorar la aerodinámica. Otro elemento que destaca son las llantas, de 21 pulgadas y con diseño de siete radios.
La marca ha desarrollado la carrocería buscando un aspecto musculoso, pero reduciendo en la medida de lo posible el número de paneles utilizados. Además, se trata de la primera vez que la firma emplea la técnica de la impresión 3D para dar forma a elementos del chasis (al subchasis, concretamente), algo que mantiene la rigidez del conjunto, pero además sirve para hacerlo más liviano.
Monta un motor 5.2 V12 biturbo que desarrolla una potencia de 715 CV y un par máximo de 753 Nm, asociado a una caja de cambios automática de ocho velocidades. Como resultado, es capaz de alcanzar los 100 km/h desde parado en solo 3,4 segundos y tiene una velocidad máxima de 319 km/h.
El Aston Martin DBR22 va a estar expuesto en la Monterey Car Week, que se celebra durante esta semana.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.