Apenas un mes después de la presentación del nuevo Audi A3 Sportback, la marca de los cuatro aros saca a la luz la segunda generación de su variante sedán. Como era de esperar, ambas comparten multitud de elementos, desde la puesta al día estética a la gama de motores, pasando por un interior mucho más tecnológico.
Su diseño es bastante más agresivo, sobre todo gracias al conjunto frontal, y, con el tercer volumen añadido, luce unas proporciones atléticas de gran dinamismo.
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Es más grande que su predecesor, alcanzando una longitud de 4,50 metros (40 milímetros más), una anchura de 1.820 milímetros (20 más que el anterior) y una altura de 1.430 milímetros (+10). A pesar de este crecimiento, mantiene un maletero idéntico al del modelo saliente: 425 litros.
A lo que sí ayuda es a mejorar la habitabilidad de las plazas delanteras ya que, sumando la postura más baja del puesto de conducción, se consiguen 20 milímetros más de espacio para la cabeza. Además, también se gana sitio para los codos.
En el interior el salto respecto a la primera generación es importante, puesto que el sistema de infoentretenimiento MMI touch cuenta con una pantalla de 10,1 pulgadas, y el cuadro de instrumentos digital es de serie y mide 10,25 pulgadas (llega a 12,3 en versiones superiores). El sistema tiene también reconocimiento de voz y de escritura a mano, dispone de navegador y puede generar una red WiFi para hasta 10 dispositivos.
La dotación de asistentes de conducción del Audi A3 Sedán es bastante completa: contra colisiones, conducción adaptativa, eficiencia, tráfico transversal y cámaras de 360 grados.
Su oferta de motores de lanzamiento está formada por dos de gasolina y uno diésel en dos potencias distintas. El de acceso es el 1.0 TFSI de 110 CV y por encima se encuentra el 1.5 TFSI de 150 CV, ambos disponibles bien con cambio manual, bien con el S tronic automático, en cuyo caso también incorporan el sistema eléctrico de 48 voltios, que aporta 50 Nm de par, asiste en aceleraciones, permite circular con el bloque de combustión apagado en ciertas situaciones y contribuye a rebajar 0,4 l/100 km el consumo. Con gasóleo estará disponible con el 2.0 TDI en 116 o 150 CV, el primero asociado en exclusiva al cambio manual de seis velocidades y el segundo con el S Tronic.
Las entregas del modelo comenzarán en verano, pero ya se han abierto los pedidos con un precio de partida de 29.970 euros, que corresponden al gasolina de 150 CV. Más adelante, cuando llegue el de 110 CV, arrancará en 28.670 euros.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.