BMW tiene un nuevo buque insignia en su gama, el gran todocamino X7, pero no se olvida del que ya lo era hasta ahora. Tras cuatro años en el mercado, el BMW Serie 7 recibe una importante renovación que, entre otras cosas, llama la atención por un lavado de cara que asemeja mucho su imagen a la del nuevo SUV de la casa.
El cambio estético es, sin duda, el elemento más destacado de la berlina alemana, que modifica sensiblemente su frontal, donde ahora figura una enorme parrilla un 50% más grande que la anterior y que, además, está situada 50 mm más alta.
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Esta se combina con unos finos grupos ópticos que a modo de extra pueden ser láser, y tras los pasos de rueda delanteros se encuentran unas nuevas salidas de aire. En la parte trasera se han añadido marcos cromados para las salidas de escape, mientras que entre los pilotos ahora hay una barra de LED.
Como es habitual en el modelo, está disponible en dos versiones, una con la distancia entre ejes normal, que crece en tamaño hasta los 5.120 mm de longitud, y la de batalla extendida denominada Li, que ahora mide 5.260 mm.
Es en esta última donde los pasajeros de las plazas traseras gozan de más espacio, pero tanto en una como en otra se encuentran de serie todos los elementos tecnológicos que la marca puede ofrecer, tales como el BMW Live Cockpit Professional, el cuadro de instrumentos de 12,3 pulgadas, el control por gestos, la consola central de 10,25 pulgadas…
La base de la gama es la versión diésel 730d de 265 CV, situada por debajo del 740d de 320 CV; culmina la oferta de gasóleo el 750 d de 400 CV. Las opciones de gasolina son las más potentes para el renovado BMW Serie 7, siendo el 750i de 530 CV el motor pequeño y el M760 de 585 CV el superior (este solo se puede adquirir en la versión Li) . La nota ECO de la gama la pone una versión híbrida enchufable de 394 CV que puede circular entre 50 y 58 kilómetros en modo 100% eléctrico.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.