Este fin de semana, durante la noche del sábado 26 al domingo 27, tendrá lugar el cambio de hora de otoño. Los relojes se retrasarán y a las tres serán las dos. Los conductores ganan una hora de descanso, pero esta modificación es, también, peligrosa. ¿Por qué?
A partir del sábado, los días serán más cortos: hasta el 21 de diciembre habrá menos horas de luz solar. Esto es importante al ponerse al volante porque el 90% de la información que recibe el conductor llega a través de la vista y, ahora, se enfrenta a un escenario con condiciones adversas.
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Menos luz para conducir
La falta de luminosidad hace que las pupilas se dilaten: en este contexto, el ojo trabaja más con la retina periférica. O lo que es lo mismo: la persona sufre una ligera miopía nocturna. Y esto eleva el riesgo al volante.
Al circular de noche, los conductores tienen que hacer frente a una mayor fatiga visual, al lagrimeo y al picor de ojos. Además, pierden un 30% de su capacidad visual, mientras que la agudeza se reduce en un 70%. El sentido de la profundidad y la capacidad para medir distancias también son peores.
Para evitar estos efectos del cambio de hora en la conducción, es aconsejable extremar las precauciones. Hay que circular respetando los límites de velocidad, las órdenes de las señales de tráfico y aumentando la distancia de seguridad para disponer de más espacio y tiempo de reacción.
Más somnolencia
El cambio de hora, además, provoca desajustes en las personas. Retrasar el reloj una hora produce cierto descontrol en el descanso: puede ser menor y de peor calidad. Esto repercute en la salud de las personas y, en el caso de los conductores, se traduce en un mayor riesgo de sufrir somnolencia y fatiga.
En estas condiciones, los conductores tienen menos reflejos y cometen más errores. Por ello, la Dirección General de Tráfico (DGT) recomienda seguir un horario regular de comidas y descanso. Hace especial énfasis en el hecho de dormir las ocho horas recomendadas. Pautas especialmente importantes en los días posteriores al cambio de hora.
La DGT recuerda, asimismo, que el cambio de hora también puede afectar al estado de ánimo de los conductores, provocando nerviosismo, ansiedad o tristeza. A estos sentimientos hay que añadir las distracciones, el dolor de cabeza o la irritabilidad. Todo esto puede influir en la conducción.
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Desde que aprendió a hablar y escribir, una de sus pasiones siempre fue contar todo lo que pasaba a su alrededor. Hizo las maletas y cambió Zaragoza por Madrid para estudiar Periodismo en la Universidad Complutense. Antes de graduarse, el mundo del motor se cruzó en su camino… y nunca lo ha abandonado.