Un control rutinario terminó convirtiéndose en la peor pesadilla del propietario de un Porsche 911. Ha tardado cuatro años en resolverse, pero, finalmente, las autoridades han decidido que la multa a pagar es la destrucción del deportivo alemán. ¿Por qué?
Fue en 2019, al norte de Estocolmo, cuando los agentes pararon un Porsche 911 Turbo con la carrocería de color negro y aparentemente modificada: en ese momento iba al volante la novia del dueño, pero eso no fue lo que hizo que saltaron las alarmas. Fue una incongruencia entre la matrícula y el número de chasis.
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Esto hizo sospechar a la policía: podía tratarse de un coche robado y, por ello, decidieron incautarlo para llevar a cabo una investigación. Según medios como Boosted y MotorMagasinet, el propietario podría ser Rickard Cornacchini: conocido como Supramannen, es un conocido preparador sueco que trabaja, espacialmente, con modelos de Porsche.
Piezas de cuatro modelos robados
La conclusión de la investigación fue que el Porsche 911 Turbo estaba reformado con piezas de cuatro modelos diferentes: todos robados y procedentes de la casa alemana. En 2019, según la Fiscalía, esos componentes tenían un valor superior a 500.000 coronas suecas (44.115 euros, según el cambio actual) en el mercado.
El motor y la caja de cambios procedían de un Porsche robado en marzo de 2016 en un aparcamiento de Estocolmo, el volante era de un 911 Carrera 4 GTS cuyos neumáticos y volante fueron robados de un aparcamiento del centro de la misma ciudad, mientras que el airbag del conductor venía de un 911 GT3 Pack Touring, que fue desguazado en un garaje de la capital de Suecia.
Por si todo esto fuera poco, también se había manipulado el número de chasis. En uno de los lugares donde estaba grabado, había sido rectificado. En otro, tenía remaches incorrectos. Además, la lectura del odómetro era de 1.000 millas (1.609 kilómetros), aunque el coche debería haber recorrido 4.000 (6.437).
La versión del propietario
El propietario del Porsche 911 Turbo aseguró que compró el coche en Dubai, donde habría sufrido un accidente. Afirmó, asimismo, que compró las piezas legalmente y mostró algunos recibos. Sin embargo, la inspección fiscal determinó que estos eran falsos y que ninguna de las piezas coincidía con el número de chasis del vehículo adquirido en los Emiratos Árabes Unidos.
La condena inicial por robo con agravantes incluía 140 multas diarias de 35.000 coronas suecas (3.090 euros) y una indemnización de 520.000 coronas (45.880 euros) para las compañías de seguros.
Ahora, el Tribunal de Apelación ha emitido su veredicto: la sanción diaria se reducirá a 28.000 coronas (2.470 euros) y se mantiene la cifra de las aseguradoras. Eso sí, ha añadido una puntualización: el coche tendrá que ser confiscado y, por lo tanto, destruido.
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Desde que aprendió a hablar y escribir, una de sus pasiones siempre fue contar todo lo que pasaba a su alrededor. Hizo las maletas y cambió Zaragoza por Madrid para estudiar Periodismo en la Universidad Complutense. Antes de graduarse, el mundo del motor se cruzó en su camino… y nunca lo ha abandonado.