La edad media de los turismos en España es de 11,6 años: se trata del parque automovilístico más anticuado de los principales mercados europeos, bastante por encima de Alemania, Francia, Italia y Reino Unido. Un 57% del parque lo forman coches de más de diez años de antigüedad, según datos de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles Turismos y Camiones (ANFAC). En 2007, ese porcentaje era del 35,7%.
Las previsiones, además, no son halagüeñas: el comparador de talleres Tallerator acaba de hacer público un estudio que concluye que en 2018 habrá un 31% más de vehículos con más de diez años en comparación con 2013. Si nos centramos en los modelos con más de 15 años, el incremento en el periodo 2013-2020 será del 82,1%.
Y las consecuencias de este envejecimiento son negativas en varios aspectos. “Para el sector de automoción es una prioridad rejuvenecer el parque móvil, pero también creemos que es importante para la sociedad, ya que un coche nuevo puede salvar vidas. En este sentido, existen argumentos reales en materia de seguridad vial, medio ambiente, eficiencia energética y ahorro económico que justifican la sustitución de un coche antiguo”, aseguran en ANFAC.
Aunque los fabricantes, obviamente, apuestan por renovar el parque automovilístico y reducir los coches de más de diez años, estas son algunas de las razones de peso que pueden empujar a los conductores a comprar un vehículo nuevo.
1. Mayor riesgo de accidente
Según un estudio de la Fundación Línea Directa, el número de accidentes con víctimas en coches de más de 15 años aumentó un 78% entre 2008 y 2013, mientras que descendió un 43% en los vehículos de menos de cuatro años.
Los datos de la DGT corroboran esta idea. Según el estudio La antigüedad del parque de turismos y su relación con la siniestralidad, la tasa de heridos hospitalizados en coches de menos de cuatro años es de 10,96 por cada 100.000 vehículos La cifra sube a 16,72 en los turismos de entre 10 y 14 años.
2. Mayor riesgo de accidente mortal
Cuando se viaja en un coche de entre 10 y 14 años de antigüedad, el riesgo de un accidente mortal es 1,6 veces superior al que se tiene en un turismo de cuatro años. Así lo indica el informe de la DGT citado antes. Si el coche tiene entre 15 y 19 años, ese riesgo se multiplica por 2,2 (y por 2,6 si el recorrido es por una carretera convencional).
3. Menos estrellas Euro NCAP
Los dos primeros puntos de esta lista tienen que ver con el tercero: el riesgo es mayor en los coches de más de diez años porque los sistemas de seguridad son peores que en los vehículos modernos. Las pruebas de colisión que hace el organismo independiente Euro NCAP así lo demuestran.
En el año 2008, el 58% de los vehículos vendidos en España había alcanzado la puntuación de 5 estrellas en la protección de ocupantes, según un estudio del Consejo Europeo de Seguridad en el Transporte. Ahora el porcentaje ronda el 90% en la valoración general, aún más estricta, pues engloba a ocupantes (adultos y niños), peatones y sistemas de seguridad activa.
4. Peores sistemas de seguridad
Los coches de más de diez años son más inseguros que los nuevos porque resisten peor los impactos y porque no cuentan con tecnologías que son comunes hoy en día. Por ejemplo, los sistemas de aviso de cambio involuntario de carril, de detección de vehículos en el ángulo muerto, de detección de obstáculos y peatones con frenado automático, el control de velocidad activo los airbags de cortina.
No obstante, no todos los coches nuevos ofrecen la misma seguridad. La Fundación Mapfre, en su estudio El precio de la seguridad reclama a las administraciones que fijen la obligatoriedad de determinados sistemas para reducir “las importantes diferencias en equipamiento de seguridad entre unos vehículos y otros, creando un estándar mínimo de seguridad suficientemente elevado”.
5. Más averías
Los coches de más de diez años, por pura lógica, se averían más y su mantenimiento resulta más caro. Los elementos que más sufren por el paso del tiempo son la correa de distribución, los frenos y el embrague, según recoge un estudio realizado por Norauto.
Y el informe de la Fundación Línea Directa corrobora el peligro de esta realidad: el 20% de los coches averiados sufrieron un accidente en los seis meses posteriores.
6. Más contaminación
Los coches nuevos son mucho más limpios que los viejos. De hecho, la mayoría de las compañías muestran una reducción continua en la emisión de gases contaminantes, de entre tres y cinco gramos de CO2 por kilómetro al año, como ha sucedido en 2014 y 2015. Así pues, las emisiones de los vehículos viejos son mucho más altas. Esto acarrea consecuencias para el medio ambiente, pero también para tu bolsillo: los vehículos menos contaminantes empiezan a pagar menos en las zonas de aparcamiento regulado de las grandes ciudades, por ejemplo.
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Periodista especializado en seguridad vial. Editor y redactor de El Motor desde 2016. Empezó a escribir de fútbol en 1998 en Diario 16 y ha trabajado en varios proyectos de Prisa Media desde 2000. Licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra, es autor de ‘Aquí no se rinde ni Dios’ (2020).