El colorido Volkswagen Polo Arlequín vuelve a la vida

En la semana del Blue Monday, Volkswagen aportar algo de color a enero. Y lo ha hecho resucitando una de sus creaciones más llamativas de la década de los noventa, el Volkswagen Polo Arlequín, por el momento como una unidad única. Pero, conociendo la historia del modelo, nunca se sabe.

El original nació con el objetivo publicitario de demostrar la modularidad de la plataforma del Polo de aquella época, que ofrecía a los clientes muchas posibilidades de personificación combinando motores, color, equipamiento y otros elementos.

Con esto en mente, el fabricante alemán creó el Volkswagen Polo Arlequín, que llamaba poderosamente la atención ya que las piezas de su carrocería eran de distinto color y, además, contaba con algún detalle interior especialmente vistoso, como el volante azul.

Lo que en principio fue una maniobra de marketing con una producción de solo 20 unidades para fines promocionales, terminó con una gran acogida del público, por lo que la compañía decidió lanzar una serie limitada de 1.000 unidades. Sin embargo, la demanda fue tan alta que finalmente se superaron los 3.800 ejemplares fabricados, que con el paso del tiempo se han revalorizado.

Ahora la marca ha replicado los colores del Arlequín en la generación actual del Volkswagen Polo, logrando un resultado muy similar. Algunas diferencias son inevitables –los colores de los marcos de las puertas, por ejemplo–, ya que las estructuras de un modelo y otro son distintas. Ocurre lo mismo en el pilar central, que ahora aparece pintado de negro.

El nuevo Volkswagen Polo Arlequín tampoco tiene el volante azul, y la gama mecánica es la misma que en el resto de la gama del utilitario. En realidad, el fabricante alemán no tiene previsto llevarlo a producción, pero si continúa la senda marcada por su predecesor, tampoco se descarta la idea.