Por nuestra seguridad (y por la de los demás) resulta peligroso conducir si el coche no está al 100% y lo mejor es acudir a tiempo al taller. Pero a veces la urgencia es absoluta, así que nunca está de más tener en cuenta soluciones de emergencia por si acaso, que nunca se sabe cuándo pueden venir bien. Aquí van algunos trucos que pueden sacarnos de ciertos apuros, sobre todo si la grúa no llega.
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Lunas y cristales
1. Parabrisas roto
Si necesitamos, por la causa que sea, seguir desplazándonos sin tiempo para esperar a la ayuda en carretera, podemos atar una cuerda, no muy ancha, de un lado a otro del marco del mismo y a la altura de los ojos. De esta forma no perderemos visibilidad y evitaremos que el aire nos dé directamente en los ojos. Para mayor defensa, también podemos usar unas gafas, si las tenemos a mano.
2. Grieta en el parabrisas
En el supuesto de que haya rebotado una piedra en el parabrisas y haya dejado una pequeña grieta, es posible evitar que se haga más grande y que se termine resquebrajando el cristal si le aplicamos esmalte pintauñas por ambos lados del parabrisas. Es conveniente dar varias capas para mayor efectividad.
3. Ventanilla rota
Si lo que se ha roto es una luna de alguna de las puertas, podemos desplazarnos colocando un plástico con ayuda de cinta americana o pillándolo con el marco de la puerta. Esto es útil sobre todo si llueve. Si se trata de alguno de los cristales delanteros y necesitamos ver los retrovisores, procuraremos que el plástico sea lo más transparente posible y lo tensaremos al máximo, ya que las arrugas restan esa transparencia. Tampoco interesa que sea grueso, cuanto más fino mayor visibilidad nos dará.
4. Ventanilla sin sujeción
En el caso de que una de las ventanillas del coche haya perdido sujeción y se baje por sí sola, una medida provisional es subirla hasta arriba con las manos y sujetarla con un destornillador de punta plana haciendo palanca entre el cristal y la parte inferior del marco de la puerta. Una solución de toda la vida que ya hemos visto antes en algún que otro coche poco cuidado.
La llave de contacto
5. Llave perdida.
Si nos hemos dejado la llave dentro del coche o directamente la hemos perdido, hay varias cosas que podemos intentar para abrir el coche al estilo de un cerrajero aficionado y sin dañarlo. Todas son más propias de personas que están al margen de la ley, pero si una situación extrema lo precisa podríamos usarlas, eso sí, únicamente con nuestro propio coche.
Una de las más efectivas es abrir el vehículo usando una cuerda, atándole un nudo corredizo y deslizándola por el marco de la puerta hasta alcanzar el pestillo de seguridad. Evidentemente no funciona si el pestillo del coche es escamoteable.
Las ruedas
6. Falta el gato
Cuando hay que cambiar una rueda por un pinchazo y resulta que no tenemos gato (recordemos que es un equipamiento obligatorio), podemos intentar elevar el coche aprovechando un desnivel del terreno. Hay que aflojar primero los tornillos, pero sin sacarlos demasiado ya que tendremos que mover el coche hasta una zanja o similar e intentar que la rueda a cambiar quede despegada del suelo suficientemente.
La maniobra no resulta fácil, por lo que tendrás que extremar las precauciones y estar completamente seguro de que el coche no se va a mover. Usa una piedra grande o un trozo de madera suficientemente resistente como para asegurarlo.
7. Tornillos demasiado duros
Si los tornillos de las ruedas se resisten, incluso subiéndonos encima de la llave, podemos probar a echar un poco de refresco de cola sobre ellos. Esto puede ayudarnos a eliminar la obstrucción y el óxido para aflojarlos.
8. Neumático agrietado
Por otra parte, si no se trata de una raja o grieta en el neumático, es posible parchear momentáneamente la rueda metiéndole algo que tapone fuertemente el agujero, como un clavo grueso u otro objeto similar. Una solución extrema sólo para momentos de máxima necesidad y en recorridos cortos, no es la mejor manera de circular…
Batería
9. Batería gastada
Es posible que nos encontremos el coche sin batería o con el motor de arranque estropeado, y además que no haya nadie cerca para pedirle que nos ayude a empujarlo o con unas pinzas de arranque. Pues existe un método que puede funcionar bien.
Tan solo necesitamos una cuerda resistente o una cincha de atar mercancías. Después hay que subir una de las ruedas motrices del vehículo con el gato (normalmente las delanteras) y afianzarlo bien, poner el contacto y meter una marcha alta (3ª o 4ª) para que tengamos que hacer menos esfuerzo.
Después enrollaremos la cuerda en la rueda levantada (con vuelta y media o un par de ellas es suficiente) y tiraremos hacia nosotros hasta que el coche arranque. En este vídeo vemos mejor cómo se hace:
Conducción
10. Escobillas rotas.
De nuevo volvemos a hablar de los beneficios de la patata como solución para la humedad de los cristales del coche. En este caso su eficacia como repelente del agua podría servirnos para conducir en el caso de que las escobillas del limpiaparabrisas se hubieran estropeado. Eso sí, solo con lluvia fina o moderada y en caso extremo. (Aunque, en realidad, no es habitual que las escobillas se estropeen ni llevar una patata por si acaso…).
11. Retrovisor roto.
Si se nos ha roto uno de los retrovisores, podemos sustituirlo por un espejo de tocador de bolsillo, sujetándolo con cinta o una goma. Si le damos algo de ángulo conseguiremos más visión. Al menos es mejor que no ver nada de nada.
12. Parasol corto. En ocasiones, cuando el sol está muy bajo el parasol se queda corto por unos centímetros, es posible que prolonguemos su acción si tenemos un cartón o un papel a mano que podemos sujetar al parasol, por ejemplo, con una pinza de la ropa o un clip.
Otros consejos
13. Brandi, aguardiente, whisky o vino. Muy útiles para sustituir el líquido de frenos. En el caso de que haya bajado mucho el nivel y funcionen mal es una opción magnífica por el etanol que contienen. También pueden servir como líquido refrigerante. Pero siempre, obviamente, en caso de emergencia extrema.
14. Pimentón. Sirve para taponar pequeños orificios en el radiador del coche. Esta especia en polvo se mete en cualquier sitio y solidifica bien. Se trata de un truco extendido en zonas de conflicto, donde todo ingenio que saque de un apuro es poco.
15. Tiras de velcro. Para inmovilizar objetos dentro del habitáculo o en el maletero y evitar así que se desplacen peligrosamente por el coche. El velcro se adhiere muy bien a las tapicerías textiles más habituales. Si son de cuero, mal asunto.
16. Alfombrillas. Si las ruedas se han quedado trabadas en el barro o la nieve, es posible usar las alfombrillas del coche para salir del apuro, y si son de goma mucho mejor.
17. La carga en la baca. Cuando cargues la baca y para evitar que afecte tanto a la aerodinámica del vehículo, y por lo tanto a la estabilidad y al consumo, podemos cubrir la mercancía con una tela. Pero ya que tienden a ‘flanear’ y moverse con el viento, algo que resulta molesto, es mejor que utilicemos un plástico bien apretado. El mejor es el de tipo fleje que se usa para asegurar la carga en los palés. Si es posible hay que procurar componer la carga en forma de cuña, con lo más voluminoso hacía atrás.
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