Corrida, Moco, Marica… 11 coches con nombres desafortunados

En 1996, la firma italiana quería dar un toque mediterráneo a su nueva berlina. Este término, relacionado con un coche, no era del todo acertado en España, pero aun así formó parte de la gama de Fiat.

Evidentemente, el Ford Corrida no podía llegar al mercado español con ese nombre, pero no se comercializó por otra causa. Era un prototipo futurista que se presentó en el Auto Show de Turin de 1976. Lo más curioso de este vehículo es que tenía unas puertas con el sistema de apertura denominado ala de gaviota, y, una vez extendidas, se doblaban, reduciendo así su tamaño.

El Prima fue un prototipo que anticipaba las líneas del Ford Fiesta. Se conocieron dos versiones (una con tres puertas y una pick-up), pero nunca llegó a la producción. Fue uno de los primeros proyectos de Ford Europa. Evidentemente, el nombre era muy familiar, pero en España no sonaba del todo bien. No llegó a venderse.

En castellano, el nombre del modelo de Hyundai recordaba mucho acto de arrojar saliva por la boca. En 1988, la compañía coreana dotó a la gama del Excel de una versión deportiva llamada Scoupe. Unos años después retiraron la S líquida del nombre y, ya sí, tuvo bastante éxito de ventas como el conocido Hyundai Coupe.

Originariamente se llamó Kia Mesa, pero alguien de la marca lo rebautizó como Borrego. En España se evitaron las bromas, ya que no llegó a venderse.

Aunque el nombre del deportivo de Lamborghini sugiere algún problema en las ruedas, sigue la estela de fuerza de otros apellidos como Huracán, Diablo o Veneno. En este caso está inspirado en el nombre del novillo que en 1943 mató al famoso novillero mexicano Félix Guzmán.

Lancia bautizó Marica un coche que, finalmente, no llegó a fabricarse en cadena. Se desarrolló sobre el Lancia Flaminia 2800 y se presentó en 1969, aún en plena dictadura franquista.

Laputa es una isla imaginaria que aparece en el libro Los Viajes de Gulliver. En castellano este nombre resultaba mucho menos literario, y el modelo no salió a la venta en España. En Estados Unidos, con una gran comunidad de hispanohablantes, sí llegó a los concesionarios.

¿Quién no ha oído hablar del Mitsubishi Pajero? La marca japonesa quería relacionar con este vehículo la agilidad del leopardus pajeros o gato de la Pampa, pero en España tuvo que rebautizarlo como Mitsubishi Montero. Aún se puede ver, sin embargo, algún modelo importado con el nombre original.

Un microcoche japonés con solo 54 CV de potencia y que se desenvolvía más que bien en el ingente tráfico de aquel país. Se lanzó al mercado nipón en 2002 y medía 3,4 metros, con un motor de 660cc. Uno de los colores de su paleta era el verde.

La marca alemana cambió el nombre del modelo por el de Volkswagen Bora, pero al poco tiempo recuperó el original Jetta.