¿Cuál fue el primer coche con llantas de aleación?

En la actualidad es habitual que los automóviles utilicen este material para su calzado, pero antes se utilizaron otros tantos con cualidades mucho peores.

primer coche llantas aleación
Un ejemplar del Bugatti Type 35.

Hay elementos de los coches que se dan por hecho. Un ejemplo claro es el de las llantas de aleación, que se tienen tan normalizadas que cuando un automóvil se ofrece, normalmente en su acabo más bajo, con llantas de acero y tapacubos, se siente como un recorte. Sin embargo, pese a su popularidad y a su práctica omnipresencia, no siempre estuvieron ahí. ¿Cuál fue el primer coche con llantas de aleación?

En un principio, los coches, que evolucionaron de los carros de caballos, utilizaban el mismo material que estos para sus ruedas: madera. Sin embargo, ésta tendía a fracturarse con los impactos, especialmente cuando gracias a los motores los coches empezaron a ganar velocidad.

En ese momento se pasó a un material más resistente, el acero. Este metal aguantaba mejor los golpes, algo importante ya que a principios del siglo XX la industria del automóvil comenzó a evolucionar y éstos cada vez iban más rápido. Sin embargo, a cambio de la mayor resistencia, venía también un mayor peso, algo que dificultaba el manejo y el confort de marcha.

Primero, en competición

Esto era un escollo especialmente grande en los coches de competición. Por aquel entonces el automovilismo estaba despegando y los pilotos, que a menudo eran también ingenieros, demandaban mejoras continuas para que sus bólidos fueran más rápidos y precisos. Por eso no es de extrañar que, igual que ocurre en la actualidad, la tecnología de las llantas de aleación debutara primero en ellos, mucho antes de ser comunes en los modelos de calle.

El primero en montarlas fue el Bugatti Type 35 en 1924, con un diseño icónico de ocho radios que muchos han emulado a lo largo de la historia. Cambiar el hierro por una aleación, normalmente de aluminio y magnesio, ayuda a conseguir una llanta más ligera, que reduce tanto la masa total del coche, como el peso no suspendido, mejorando la respuesta tanto de la dirección como de la suspensión.

Habría que esperar prácticamente cuatro décadas, hasta los años 60, para que las llantas de aleación comenzaran a popularizarse como equipamiento de fábrica.

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