La nueva ley de tráfico castigará con la retirada de seis puntos en el carnet de conducir a quien conduzca sujetando el móvil con la mano. El Congreso aprobó ayer la reforma de la normativa, que mantendrá la misma sanción que hasta ahora (tres puntos menos) para quienes usen el teléfono cuando esté sostenido, por ejemplo, por un soporte en el salpicadero.
Los dispositivos manos libres siguen permitidos, pero el objetivo de la DGT es minimizar en lo posible el uso del móvil al volante, que “aumenta la probabilidad de pasar por alto señales, peatones o vehículos o de reaccionar de forma tardía en determinadas situaciones”, asegura Álvaro Gómez, director del Observatorio de la Dirección General de Tráfico.
Más información
El director de la DGT, Pere Navarro, recuerda que cuando se implantó el permiso por puntos, en 2006, “no existía WhatsApp”. “De pronto, desde 2016 las distracciones son la primera causa de accidentes mortales. Había que darle algún reflejo en una revisión, una actualización”, dijo en una entrevista reciente en EL PAÍS. Y de ahí el aumento en la dureza del castigo: los despistes de los conductores son el principal eje en la pelea de la DGT para reducir la siniestralidad en España.
En la última campaña de Tráfico, sin embargo, del 16 al 22 de septiembre, los agentes de la Guardia Civil formularon 6.840 denuncias por distracciones, y casi la mitad de ellas (2.930) fueron por usar el móvil mientras se conducía. Y las distracciones causaron el 31% de los accidentes mortales en 2020, lo que supuso un aumento de tres puntos respecto al año anterior.
🔴Conducir sujetando el móvil con la mano 🚗🤳 se sancionará con la pérdida de 6️⃣ puntos del permiso en lugar de 3, en cuanto se apruebe la reforma de la #LeySeguridadVial que ayer salió del @Congreso_Es y está ahora en @Senadoesp
⚠️El uso del 📱, la distracción + frecuente. pic.twitter.com/fQJvwV17dO
— Dir. Gral. Tráfico (@DGTes) October 1, 2021
Otros actores implicados en la seguridad vial proponen otros caminos, además del castigo de nueva la ley de tráfico, que todavía debe pasar el trámite del Senado. “Siendo positivas las medidas aprobadas, lo cierto es que la ley no puede calificarse como ilusionante o esperanzadora. Se trata de una batería de micromedidas que difícilmente tendrán un especial impacto en la siniestralidad”, sostiene Ramón Ledesma, asesor de la consultora PONS Seguridad Vial.
Ledesma, impulsor del carnet por puntos hace 15 años, llama la atención sobre un problema estructural: “No se aborda un sistema de responsabilidad del conductor sobre el uso del móvil, el gran problema por encima de alcohol, que le haga abandonar esta costumbre”. En 2019, PONS Seguridad Vial propuso como una medida eficiente incluir el “incluir el derecho de repetición por el uso inadecuado del móvil en la conducción”, esto es, que tras un accidente las aseguradoras puedan reclamar al culpable el dinero abonado a las víctimas.
En cierto modo, “dice más la ley por lo que no aborda que por lo que modifica”, concluye Ledesma, que echa en falta “una reforma institucional” que incluya la creación de una secretaría de Estado de Movilidad. “Tampoco se aborda el sistema de gestión de los centros de recuperación de puntos, declarado nulo por los tribunales. Y sin arriesgar no suele haber grandes avances en seguridad vial”, remata.
El Observatorio de Seguridad Vial de la DGT considera que los conductores no tienen en cuenta la fragilidad ante un accidente y que, además, sobrevaloran su capacidad. Según un estudio de 2019 de la Fundación Línea Directa, casi dos millones de automovilistas (7%) admiten que se ha hecho selfis mientras conducen, 2,3 millones (9%) aseguran haber interactuado en redes sociales y casi 10 millones (37%) confiesan poner mensajes en WhatsApp. A 100 km/h, perder de vista la carretera durante un segundo supone recorrer 27,8 metros sin control real sobre el coche, y se calcula que responder a un mensaje requiere unos 20 segundos, mientras que marcar un número de teléfono roba unos 14 segundos.
Sigue toda la información de EL MOTOR desde Facebook, Twitter o Instagram
Periodista especializado en seguridad vial. Editor y redactor de El Motor desde 2016. Empezó a escribir de fútbol en 1998 en Diario 16 y ha trabajado en varios proyectos de Prisa Media desde 2000. Licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra, es autor de ‘Aquí no se rinde ni Dios’ (2020).