Skoda es una marca con mucha historia a sus espaldas. Lleva ya 119 años en liza y hace 50 lanzó un modelo que supuso un hito: su primer vehículo con motor trasero y propulsión trasera, el 1000 MB.
Se trataba de un modelo compacto, de cuatro puertas (aunque más adelante llegó una variante de dos, el 1000 MBX), con 4.170 mm de largo, 1.620 mm de ancho y 1.390 mm de alto que pesaba 755 kg en vacío. En el interior había espacio suficiente para cinco personas y su maletero, situado bajo el capó, tenía una capacidad de 220 litros.
Las letras MB representan Mladá Boleslav, la ubicación de la sede de la marca, mientras que el número 1000 hace referencia a la cilindrada del motor (998 cc), que entregaba una potencia de 37 CV y más adelante llegó a desarrollar 43 CV. Hecho en aluminio, igual que la caja de cambios de cuatro relaciones a la que iba asociada, ofrecía un consumo de 7 a 8 litros a los 100 km. Su velocidad máxima era de 120 km/h.
En términos de diseño, bajo una carrocería clásica de tres volúmenes, incorporaba novedades para la época como curvas suaves, los faros delanteros circulares, las luces traseras verticales, la luna trasera panorámica y las tomas de aire curvas.
El Skoda 1000 MB fue un éxito de ventas con cerca de 443.000 unidades producidas entre abril de 1964 y agosto de 1969, de los cuales, más de la mitad fueron exportadas.
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