Aunque en Norteamérica triunfen, el éxito de los pick-ups en Europa es mucho menor. Siempre ha sido un reducto al que han pertenecido muy pocos modelos que, eso sí, han presentado batalla durante décadas. El Isuzu D-Max es uno de ellos y se acaba de poner al día para cumplir con la normativa del Viejo Continente.
Es por eso que uno de los focos está puesto en el motor, que sigue siendo su ya conocido motor diésel de cuatro cilindros y 164 CV, siempre asociado a una caja de cambios automática y a un sistema de tracción integral.
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Éste, además del bloqueo del diferencial y del control de tracción, cuenta con el sistema Rouge Terrain, que, según la marca “optimiza la motricidad en situaciones extremas y sobre cualquier tipo de superficie, limitando la pérdida de motricidad en las ruedas con menos adherencia y enviando más par motor a aquellas ruedas con más agarre”. Así, es capaz de tirar de hasta 3,5 toneladas.
El otro punto en el que ha tenido que adaptarse ha sido en el de los nuevos sistemas de ayuda a la conducción (ADAS) que ahora exige la normativa. Cuenta con control de crucero adaptativo inteligente, frenada de emergencia activa, asistente de giros, advertencia de obstáculos en marcha atrás, frenado automático de emergencia marcha atrás y monitorización de atención del conductor, entre otros.
Imagen actualizada y más tecnología
La gama se ha simplificado y ahora está formada por dos cabinas, Space y Crew. A nivel de diseño, aumenta su agresividad y su lenguaje está basado en el Origami Miura japonés, con líneas que se pliegan sobre si mismas. En la parte delantera se modifican la calandra, los faros y el capó; pero también la trasera, los faldones laterales y se suman nuevos diseños de llantas.
En el habitáculo volante, salpicadero y sistema multimedia son nuevos; disponiendo de serie de una pantalla central de ocho pulgadas (de nueve en el tope de gama) y un cuadro de instrumentos que, según versión, puede ser analógico o semi digital de 7,2 pulgadas.
El precio del Isuzu D-Max parte de los 34.200 euros, aunque en esa cifra no está incluido el IVA.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.