El Mazda CX-60 es la incorporación más reciente a la gama de la marca japonesa, un SUV grande de corte atlético que evoluciona el lenguaje de diseño Kodo, ahonda en los valores de la artesanía ‘Crafted in Japan’ y da un salto en el aspecto tecnológico y de seguridad.
Además, estrena plataforma, presenta una puesta a punto centrada tanto en el placer de la utilización como en el dinamismo y cuenta con una innovadora gama mecánica que apuesta por la electrificación, incluyendo el primer sistema híbrido enchufable de la historia de la marca.
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Despliegue tecnológico y de ingeniería
El Mazda CX-60 emplea la arquitectura escalable multisolución Skyactiv de Mazda (Skyactiv Multi-Solution Scalable Architecture), una plataforma que permite integrar las tecnologías electrificadas de forma natural sin disminuir la capacidad de carga del maletero y optimizar el centro de gravedad del vehículo, y además de esto se adapta al formato de motor delantero longitudinal y tracción trasera que caracteriza al nuevo modelo.
La marca japonesa ha buscado que el conductor sienta el vehículo como una extensión de su cuerpo, algo que ha conseguido a través de varios métodos.
Se han aumentado tanto la rigidez de la estructura de la carrocería, lo que optimiza la repuesta del coche a las órdenes del usuario, como la dirección asistida eléctrica, que tiene un tacto más preciso y directo. Y también la configuración de suspensión delantera de doble trapecio y trasera multibrazo, que garantiza el confort y mejora el aplomo en las curvas.
Además, el Kinematic Posture Control (KPC), tecnología exclusiva de Mazda, utiliza el diseño de la estructura de la suspensión del Mazda CX-60 para aumentar la consistencia del vehículo, aplicando energía de frenado a la rueda interior trasera al trazar curvas, lo que garantiza una mayor estabilidad.
Por último, emplea una nueva caja de cambios de ocho relaciones con embrague multidisco, un formato que permite aunar la suavidad entre cambios de marcha propia de una transmisión con convertidor de par y la rapidez característica de una caja de doble embrague. De esta manera aporta una conducción más suave, rítmica y eficiente.
Una mecánica para cada exigencia
La electrificación es ya una norma en la industria de la automoción y en Mazda son conscientes de que en modelos de gran tamaño, como es el Mazda CX-60, además del novedoso sistema híbrido enchufable e-Shayctiv-PHEV, la tecnología de hibridación ligera también es importante. Denominada Mazda M Hybrid Boost (de 48V), será equipada en sus innovadores motores gasolina y diésel de 6 cilindros en línea, permitiendo obtener en ellos el distintivo de la etiqueta ECO.
El primero es el e-Skyactiv-X, un bloque de seis cilindros en línea con 3,0 litros de cilindrada. Esto le permite absorber más aire, elimina la necesidad de un turbocompresor y, gracias al control interno de la EGR, hace que pueda operar con una mezcla de combustible muy pobre. Así consigue que su consumo sea muy reducido y se equipare al de motores tetracilíndricos de los modelos más pequeños de la gama.
El diésel es el e-Skyactiv-D. Como su hermano, es un bloque de seis cilindros en línea y tiene una capacidad aumentada a 3,3 litros. Esto facilita igualmente admitir un extra de aire que, además de contener el consumo gracias a actuar con una mezcla más pobre propicia una respuesta de aceleración más ágil.
La propuesta del e-SKYACTIV PHEV
La mayor novedad del CX-60 es la motorización e-Skyactiv PHEV, pues supone la primera alternativa híbrida enchufable para un modelo de Mazda en toda su ya larga historia y la obtención del distintivo de la DGT de CERO emisiones.
Combina una versión modificada del 2.5 Skyactiv-G del Mazda CX-5, que entrega 190 CV y 261 Nm de par, con un motor eléctrico de 129 kW (173 CV) y 270 Nm, así como con una batería de 17,8 kWh. El conjunto desarrolla un rendimiento global de 327 CV y 500 Nm, por lo que es el Mazda de producción en serie más potente jamás fabricado.
Gracias a ello acelera de 0 a 100 km/h en 5,8 segundos y alcanza 200 km/h de velocidad máxima, pero también destaca por su eficiencia. Con una autonomía eléctrica de 63 kilómetros en ciclo combinado (a velocidades de hasta 140 km/h), homologa un consumo de solo 1,5 litros a los 100 kilómetros y unas emisiones de CO2 de 33 g/km.
Además de ello, la batería de alto voltaje se puede cargar mediante conexión de tipo 2 desde el 0% hasta el 100% en tan solo 2 horas y 20 minutos, con una potencia de carga máxima en AC de 7,2 kW.
Cinco modos de conducción
Los Mazda CX-60 disfrutan de las ventajas del Mazda Intelligent Drive (Mi-Drive), un selector de modos de conducción que permite elegir entre cinco opciones (Normal, Sport, Off-Road, Towing y EV). Su presencia depende del tipo de tracción (los 4×2 solo tienen el Normal y Sport) y de si se trata de una variante de combustión o híbrida enchufable (esta es la única que puede operar en modo eléctrico).
Los distintos modos cubren la máxima variedad posible de situaciones de conducción y optimizan el agarre, la tracción, las prestaciones, la maniobrabilidad y la seguridad.
El modo Normal es el estándar y busca un equilibrio entre consumo, prestaciones y confort de marcha. El Sport persigue el mayor dinamismo, así que incrementa el agarre con una respuesta más deportiva del motor. El Off-Road potencia el comportamiento sobre firmes irregulares, actuando sobre el sistema de tracción integral o el control de tracción. Dispone incluso del denominado asistente de tracción todoterreno, que ayuda a liberar el vehículo si se queda atascado.
El modo Towing está ideado para los momentos en los que se tira del remolque o se llevan portabicicletas o cofres de techo. Ajusta la tracción integral para conseguir una mayor estabilidad. Por último, el EV permite circular solo con el motor eléctrico, lo que elimina el consumo de combustible, las emisiones contaminantes y reduce la rumorosidad.
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