Algo tan rutinario como la revisión anual del coche puede convertirse en un gasto mayor e innecesario si no se reconoce el engaño a tiempo. Hay talleres que inflan las facturas con operaciones que puede hacer el propio conductor por menos dinero.
Es lo que ocurre con los limpiaparabrisas. Sustituirlos por unos nuevos es una operación rápida, que lleva menos de 15 minutos. Muchos talleres la ofrecen como servicio gratuito si se compran las escobillas allí… por un precio más elevado del que se puede encontrar en el mercado de repuestos.
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Zavian Malloy es un mecánico de Estados Unidos que ha alertado sobre este tipo de prácticas. En un vídeo, publicado en su perfil de TikTok, explica que es algo que puede hacer cualquier conductor e, incluso, simplifica la operación. ¿Cómo? Cambiando sólo la goma en lugar de la escobilla completa.
No es necesario sustituir todo cada vez que la goma está en mal estado: se puede renovar únicamente esta parte y, así, se ahorra porque esta pieza cuesta menos de la mitad que un limpiaparabrisas entero.
Diferencias de precio
El mecánico muestra cómo quita la goma desgastada del brazo y la reemplaza por una nueva. Una operación fácil y rápida con la que los conductores pueden reducir, significativamente, el coste de reemplazar las escobillas de su coche.
En los talleres de España, el precio medio por cambiar los limpiaparabrisas delanteros (incluyendo las escobillas y la mano de obra) suele moverse en una horquilla de 30-60 euros. Todo dependerá del coche y del tipo de goma: convencional o de hoja plana.
Sin embargo, si el conductor opta por comprar las escobillas por su cuenta, unas convencionales cuestan, de media, 14-16 euros. Las que son ‘flat blade’ o de hoja plana son algo más caras: entre 22 y 35 euros por unidad, dependiendo del tamaño.

Información desconocida para muchos conductores
El vídeo de Zavian Malloy en el que se hace eco de este engaño tan habitual ha superado los 2,2 millones de visualizaciones y ha generado una avalancha de comentarios.
Muchos de ellos revelan que no sabían que podían sustituir únicamente la goma y confesaban que, hasta ahora, no se habían dado cuenta de cómo inflaban la factura en los talleres cuando les obligaban a gastar dinero innecesariamente en nuevos componentes.
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