En el Salón del Automóvil de Pekín Volkswagen ha sorprendido con un prototipo que, visto lo visto, podría convertirse en modelo de serie en muy poco tiempo. Se trata del Golf R400 que, como su nombre indica, eleva la potencia de su motor 2.0 TSI hasta los 400 CV.
Se trata de un aumento de 100 CV respecto a los 300 que gasta el Golf R que se vende actualmente, y se deja notar en sus prestaciones: rebaja el tiempo necesario para pasar de 0 a 100 km/h hasta los 3,9 segundos y amplía su velocidad máxima hasta los 280 km/h.
Resulta curioso que aunque Volkswagen anuncia que el motor va asociado a una caja de cambios DSG (Dual Clutch Gearbox) de seis relaciones, en las fotografías del interior se aprecia claramente una palanca de cambios manual.
Dejando ese detalle a un lado, la marca define el material que tapiza el volante, algunas partes del salpicadero, las puertas y los asientos (aquí combinado con Alcantara) como “cuero carbono”. En el habitáculo predomina el gris y los tonos oscuros con el amarillo como elementos de contraste, color también presente en el exterior.
Y es que, sin radicalizar en exceso su imagen, el Golf R400 gana musculatura con unos pasos de rueda ensanchados, las llantas de 19 pulgadas, los paragolpes específicos, el difusor trasero, las grandes salidas de escape y el alerón.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.