Honda ha presentado en el Salón de Ginebra la nueva generación del CR-V, un SUV redefinido por completo y que presenta como aportación destacada la posibilidad de disponer de hasta siete plazas en las versiones con motor de gasolina. Ya desde el exterior se aprecia la evolución del todocamino japonés, con un frontal inspirado claramente en el ADN de Honda, unos pasos de rueda anchos, los pilares delanteros más estilizados y líneas bien definidas del capó.
Su carrocería tiene dimensiones superiores a las de su predecesor, incluyendo una mayor distancia entre ejes que se traduce en una mejor habitabilidad. El maletero crece en su capacidad y es así como permite la opción de montar dos asientos auxiliares para llevar su capacidad hasta las siete plazas, aunque exclusivamente con las versiones de gasolina. La tercera fila de asientos promete amplitud para las piernas de sus ocupantes y un ángulo para los respaldos de hasta 101 grados, con lo que se garantiza el confort.
En el salpicadero destaca la presencia de dos pantallas de 7 pulgadas cada una, la primera en la instrumentación y la segunda en el panel central, desde las que se controlan todas las funciones de conectividad y gestión del vehículo. El manejo de la climatización también se ha racionalizado gracias a unos mandos bajo la pantalla táctil central que facilitan su gestión.
El nuevo CR-V llegará al mercado español el próximo otoño, inicialmente con una única motorización. Se trata del 1.5 litros VTEC Turbo, que entrega una potencia de 182 CV, asociado a una caja de cambios manual de seis marchas o automática CVT. Se trata de un coche con tracción delantera, aunque bajo perdido se servirán unidades con tracción integral para aquellos clientes que quieran explorar en sus posibilidades de utilización en firmes de baja adherencia o fuera del asfalto.
A comienzos de 2019 se iniciará la comercialización de las versiones híbridas, basadas en la combinación de un propulsor de gasolina de dos litros junto a dos motores eléctricos, con un rendimiento no declarado por la marca. Este sistema i-MMD no recurre a una transmisión convencional sino que se basa en una única relación de engranaje fijo que crea una conexión directa entre los componentes móviles y una transferencia de par más fluida.
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