El Mulsanne Speed une deportividad y lujo

Bentley es sinónimo de lujo. La marca británica tiene en su gama modelos ostentosos, elegante y que rezuman carácter ‘premium’ por los cuatro costados. Pero si hay uno que podamos considerar el súmmum de esta idiosincrasia, es el Mulsanne.

Ahora, y con ahora nos referimos al próximo Salón del Automóvil de París, el fabricante quiere dotarle de un carácter algo más deportivo, para aquellos de sus clientes que busquen un coche más dinámico pero no quieran decantarse por un Continental GT. Bajo el apellido Speed, como ocurre en sus hermanos, llega una variante que luce ligeras diferencias estéticas respecto al Mulsanne normal, pero que presenta un motor más potente y eficiente.

Lo más destacado a nivel visual son la parrilla y las entradas de aire frontales, de mayor tamaño; las dos salidas de escape de acero inoxidable, las llantas de 21 pulgadas (que pueden tener un acabado pulido, pintado o tintado) y los grupos ópticos oscurecidos. Se puede elegir en cuatro colores, los mismos que el Mulsanne: Spectre, Candy Red, Camel y Marlin.

El motor es un 6.75 V8 biturbo que entrega 537 CV a 4.200 rpm y un par máximo de 1.100 Nm desde las 1.100 rpm. El bloque se combina con una caja de cambios ZF de ocho relaciones y con la propulsión trasera para pasar de 0 a 100 km/h en 4,9 segundos y alcanzar una velocidad punta de 305 km/h.

En cuanto a la mejora en la eficiencia, reduce su consumo en un 13%, aunque en un vehículo de 2.685 kg no consigue bajar de los 14,6 l/100 en ciclo mixto, mientras que en ciudad el gasto se eleva a 22,8 litros. Como ‘consuelo’, en carretera solo necesita 9,9 l/100 km.

Para mejorar el comportamiento de un vehículo de tal peso y dimensión (hay que recordar que mide 5.570 mm de largo), y poder dotarle de un carácter dinámico, el Mulsanne Speed cuenta de serie con frenos de mayor tamaño, una dirección más dura y una suspensión deportiva.