Aunque haya sacado de la familia a su Roadster, MINI no renuncia a mantener en la gama su Cabrio ‘normal’. Es cierto que ha tardado en hacer acto de aparición desde el anuncio de la nueva generación del modelo, pero ya está aquí.
Comparte base con el MINI de tres puertas, cuyas medidas calca: 3.821 mm de longitud, 1.727 mm de anchura, 1.414 mm de altura y una distancia entre ejes de 2.495 mm. Esto supone un incremento de tamaño respecto en su predecesor en todas las dimensiones, aunque donde más se nota es en el largo y el ancho.
La principal diferencia con su hermano cupé es el techo de lona, compuesto por un material multicapa y que incorpora un nuevo mecanismo menos ruidoso. Éste, que se activa con pulsar un botón, permite abrir o cerrar el techo en 18 segundos, con la posibilidad de realizar el proceso hasta a 30 km/h. Con el coche capotado el maletero presenta una capacidad de 215 litros, que se reduce a 160 cuando está recogido.Como suele pasar en estos casos, se ha reforzado la estructura del coche para compensar la falta de techo rígido lo que supone un aumento de 120 kg de peso.
Su gama mecánica inicial estará formada por las versiones Cooper, Cooper S y Cooper D. La primera monta un motor gasolina 1.5 de 136 CV, la segunda emplea un gasolina tetracilíndrico 2.0 de 192 CV y el tercero equipa un bloque diésel tricilíndrico 1.5 de 116 CV. Todos ellos son tracción delantera con caja de cambios manual de seis marchas de serie, automática del mismo número de relaciones de manera opcional. Está por ver como ampliarán la oferta en el futuro: ¿algún modesto One o un potente JCW?
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