Si algo funciona, no se debe cambiar en exceso. El nuevo Subaru Forester, que ya es la sexta generación del modelo, se acaba de presentar en el Salón del Automóvil de Los Ángeles con un diseño puesto al día, pero que bajo la piel oculta un sistema de propulsión que simplemente actualiza el del modelo saliente.
Los cambios son patentes en un frontal en el que la parrilla aumenta de tamaño y ahora lleva anexos en sus extremos unos grupos ópticos más estilizados. Los faros antiniebla son más pequeños, se han reestructurado las protecciones inferiores, eliminando los refuerzos de aluminio, las llantas son de 17, 18 o 19 pulgadas, según el acabado, y en la zaga los pilotos están unidos entre sí por una fina franja.
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El interior también se siente familiar y continúa combinando lo analógico y lo digital en un cuidado equilibrio. El volante multifunción está repleto de botones y el cuadro de instrumentos digital. La pantalla central, por su parte, es de siete pulgadas en el acabado base y de 11,6 pulgadas en las superiores. Es compatible de manera inalámbrica con Android Auto y Apple CarPlay.
Siguiendo con la tecnología, cuenta de serie con el EyeSight, un conjunto de asistentes de seguridad que ahora actúa de manera más rápida y fluida gracias al añadido de nuevas cámaras. Entre los sistemas que incluye están el avisador de punto ciego, la frenada de emergencia marcha atrás o el asistente de cambio de carril, entre otros.
El motor del Subaru Forester
Respecto a su apartado mecánico, por el momento solo se ha desvelado el motor que utilizará en el mercado estadounidense, que básicamente es una actualización del propulsor que montaba su predecesor.
Bajo el capó cuenta con un bloque bóxer 2.5 de cuatro cilindros que ha perdido dos caballos para quedarse en 183 CV, pero que ha ganado 2 Nm para alcanzar un par máximo de 241 Nm. Se asocia con una caja de cambios automática tipo CVT y con un sistema de tracción integral.
En el mercado español lo lógico sería que llegara con un sistema de propulsión híbrido, como hace el modelo que está a la venta actualmente, que desarrolla 150 CV y le permite lucir la etiqueta ECO de la Dirección General de Tráfico.
Sigue siendo un modelo capaz de salir del asfalto gracias a sus 22 centímetros de altura libre al suelo, y su dinámica de conducción debería mejorar gracias a un chasis que ha aumentado su rigidez un 10%.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.