El despiste con el coche que costó 3.000 euros a David Broncano

David Broncano es una de las personas de moda en España debido al estreno de La revuelta, programa que ha llevado el espíritu de La resistencia a la televisión pública. Aunque el presentador tiene un coche de lujo en su garaje, a menudo se mueve por el centro de Madrid utilizando servicios de movilidad y no han sido pocas las veces que ha sido multado al utilizarlos.

La primera ocasión fue en abril de 2019, cuando la policía paró a Broncano mientras utilizaba una de las bicicletas del servicio Bicimad, pero circulando por la acera y con los auriculares puestos.

Alguien captó la escena y le hizo una fotografía desde un edificio, instantánea que se viralizó, llegando incluso a hablar del tema en su programa, así como en La vida moderna en la SER, donde agradeció a la policía por “ponerme en mi sitio”.

En noviembre de 2021 volvió a verse inmerso en una situación similar, aunque en esta ocasión a bordo de un patinete eléctrico. El presentador circulaba por la cuesta de San Vicente haciendo un caballito con uno de estos dispositivos de movilidad personal cuando unos agentes le dieron el alto.

Broncano bromeaba diciendo que habían sido muy amables y que le habían comentado “David, no te podemos estar parando todos los días”.

Multas también en el coche

Aunque han sido sus interacciones a bordo de bicicletas y patinetes las que se han hecho más virales, el jienense también ha tenido sus más y sus menos con la Dirección General de Tráfico (DGT) cuando iba a bordo de sus coches.

Por ejemplo, en una ocasión la Guardia Civil le sancionó por circular sin la ITV del coche en vigor, lo que acarrea una multa de 200 euros, que pueden quedarse en 100 con pronto pago.

Sin embargo, la más cuantiosa tuvo que ver con exceso velocidad y ocurrió en la Castellana. Broncano comentaba como pasaba por ella todos los días y que había un punto en el que estaba un radar a 50 km/h. Sin embargo, él no sabía que existiera ese dispositivo y apuntaba que nadie va por ahí a esa velocidad, por lo que fue capado en varias ocasiones.

Esto ocurrió durante bastante tiempo, a lo que se suma el hecho de que las multas le llegaban a una dirección que no era la actual, por lo que no era consciente de lo que estaba pasando. Así, cuando finalmente se percató, se encontró con que tenía que pagar más de 3.000 euros en multas.