El de los compactos deportivos es un segmento realmente populoso con una variedad de alternativas importante. Por eso las marcas realizan continuos ajustes para seguir siendo una opción interesante para el comprador. El Honda Civic Type R es posiblemente el más extremo de todos ellos, y para 2020 cuenta con una actualización que afecta ligeramente a casi todos sus aspectos.
Su imagen, una de las más agresivas entre la competencia, se pone al día con una nueva parrilla, de mayor tamaño y que optimiza la refrigeración del motor, y con un nuevo color para la carrocería.
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En el habitáculo el volante está forrado en Alcantara y la nueva palanca de cambios tiene un recorrido más corto para acelerar las transiciones entre marchas. Tampoco falta el Active Sound Control, un sistema que replica en el interior el sonido del motor a través de los altavoces, ni el conjunto de seguridad Honda Sensing, que agrupa numerosos asistentes y se incluye de serie en todos los acabados.
No varía su propulsor, un bloque 2.0 tetracilíndrico turbo que desarrolla 320 CV y 400 Nm de par máximo, que se mandan al eje delantero a través de una caja de cambios manual de seis relaciones y de un diferencial de deslizamiento limitado. Lo que sí se ha mejorado es tanto el sistema de frenos como el comportamiento de los tres modos de conducción disponibles (Comfort, Sport y R+), haciendo que elementos como la suspensión o la dirección respondan de una manera más suave en las conducciones menos deportivas.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.