El Volkswagen Passat lleva unos años en el mercado y ya le tocaba una actualización de mitad de ciclo de vida. Sin embargo, en lugar de limitarse a la habitual puesta al día de poco calado, la marca alemana ha decidido llevar a cabo unos cambios algo más profundos.
Desde un primer vistazo se pueden apreciar las novedades en el campo estético, que se concentran en el frontal con una nueva parrilla y unos grupos ópticos de nueva factura. Lo más importante, no obstante, no está a simple vista.
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Y es que la berlina llega con un apartado tecnológico mucho más amplio en varias facetas. En lo que respecta a confort estrena la Plataforma de Infoentretenimiento Modular (MIB3) que permite integrar aplicaciones desde iPhone, y además se puede utilizar el smartphone como llave.
Por otra parte, se ha optimizado el control por voz, se ha mejorado el cuadro de instrumentos digital, disponible en tres configuraciones distintas, y se puede tener conexión permanente a Internet gracias a una tarjeta SIM.
Todavía más interesante resulta la integración de diferentes sistemas de asistencia de conducción dentro de lo que la marca denomina IQ.Drive, que confiere al Volkswagen Passat conducción semiautónoma. El elemento más destacado en este aspecto es el Travel Assist, que guía el coche a velocidades de entre 0 y 210 km/h actuando como control de crucero adaptativo, respetando las distancias de seguridad y manteniendo el coche en el carril.
Por último, también hay novedades en cuanto a mecánicas. A los ya conocidos motores de gasolina de 150, 190 y 272 CV, y los diésel de 120, 190 y 240, se suma un nuevo bloque de gasóleo de 150 CV. Además, el Passat GTE, híbrido enchufable de 218 CV, aumenta su autonomía eléctrica hasta los 55 kilómetros.
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