Adiós al Montero, el mítico todoterreno de Mitsubishi, y hola a una nueva gama de SUV y modelos de baterías, tanto híbridos enchufables como eléctricos puros. Es la estrategia elegida por la marca japonesa para adaptarse a los tiempos que corren y definir un camino de futuro.
El cambio de enfoque se apoya en el éxito del Outlander PHEV, el híbrido enchufable más vendido en España y el resto de Europa (más de 100.000 unidades desde su lanzamiento en 2014), pero también en la veteranía de su icónico 4×4: “El Montero deja de producirse porque su diseño tiene ya 18 años y no cumple las emisiones”, argumentó Daniel Georges Nacass, responsable de comunicación de la marca para Europa.
Nacass también comentó que la puesta al día del Outlander PHEV, denominado 2019 y con una llegada a España prevista para fin de año, estrenará “retoques estéticos y una manejabilidad mejorada, con una dirección más rápida y neumáticos y amortiguadores de alto rendimiento”. El portavoz de la firma también indicó que “el WLTP [nuevo protocolo para homologar el consumo, que eleva el gasto oficial frente al actual NEDC] apenas nos afectará, y el Outlander PHEV se mantendrá por debajo de 50 g/km de CO2 [41 gramos en la actualidad]”.
La estrategia eléctrica del fabricante, por su parte, se dividirá en dos grandes vertientes: “Mecánicas eléctricas puras para los modelos pequeños y compactos, e híbridas enchufables para los medianos y grandes”, concretó el responsable de comunicación. Así, el nuevo ASX, por ejemplo, ofrecerá en 2020 versiones de gasolina y eléctrica pura, al tiempo que el Eclipse Cross podría contar con una planta motriz similar a la del Outlander PHEV. El prototipo eX Concept anticipa la fisonomía del modelo de serie definitivo.
En ese mismo año empezarán a verse los primeros frutos de la alianza Renault-Nissan-Mitsubishi. Básicamente, Renault y Nissan aportarán a Mitsubishi sus mecánicas eléctricas, mientras que Mitsubishi les proporcionará su tecnología híbrida enchufable.
Takashi Hiromatsu, de la división de Estrategia de Producto para Vehículos Eléctricos, indicó también algunos aspectos interesantes relacionados con los modelos a pilas. Para empezar, abogó por crear un “ecosistema eléctrico” que permita conectar el vehículo con la vivienda y las infraestructuras, y utilizarlo, por ejemplo, como ayuda de emergencia ante catástrofes naturales que impliquen cortes en el suministro eléctrico, una alternativa que es obligatoria en Japón desde el terremoto que causó el accidente nuclear de Fukushima de 2011. Hiromatsu aseguró que con el depósito y las baterías llenas, “el coche puede suministrar energía a una casa durante unos 10 días”.
Pero el coche también podría funcionar como un complemento que permita compensar las fluctuaciones de la red eléctrica, aportando energía cuando falte y almacenándola en sus acumuladores cuando existan excedentes de producción. “Puede ser una alternativa más práctica y económica que las centrales”, opinó Hiromatsu. El vehículo podría utilizarse incluso como un generador portátil para las acampadas y excursiones, aunque, en este caso, la energía se tomaría de la toma AC (la menos potente, en vez de la más capaz DC) y aportaría 1.500 vatios. Además, Mitsubishi va a ampliar su red de centros DDS en Japón, de Dendo Drive Station, que operan como gasolineras eléctricas y estaciones de servicio, y permiten recargar el coche, descansar e, incluso, verter energía a la red.
Por último, Takashi hizo un repaso a la infraestructura de recarga rápida Chademo, el estándar que utilizan marcas niponas como Nissan y Mitsubishi, y que permite una potencia de carga de 50 kw. “Hay ya 18.000 postes en el mundo repartidos por 69 países, de los que 6.260 se ubican en Europa”, concretó. En Francia, por ejemplo, suman 855 unidades y en España, 193.
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