Ford Fiesta ST, deportividad en formato compacto por 24.995 euros

La versión más deportiva del utilitario tiene 200 CV de potencia, acelera de 0 a 100 km/h en 6,5 y llega hasta los 232 km/h de punta.

Ford Fiesta ST

Disponible en carrocería de tres o cinco puertas.

De las cuatro caras que ofrece el Fiesta, es el Ford Fiesta ST la más llamativa (con permiso del Active, subido a la moda SUV), un compendio de deportividad en formato compacto, de conducción ágil y que ya tiene precio: desde 24.995 euros. Pero ¿qué trae consigo por dicha cantidad?

Además de una estética de lo más atractiva, con paragolpes específicos, llantas de mayor tamaño y diseño exclusivo, alerón o un interior deportivo, destaca por un apartado mecánico puesto a punto y más afinado que el de sus hermanos.

Para empezar, monta un motor 1.5 EcoBoost tricilíndrico turbo de 200 CV de potencia y 290 Nm de par máximo. Gracias a él acelera de 0 a 100 km/h en 6,5 segundos y alcanza los 232 km/h de punta, aunque tampoco desatiende el aspecto de la eficiencia, con un consumo homologado de 6,0 l/100 km y unas emisiones de CO2 de 136 g/km. Esto se debe a la tecnología de desactivación de cilindros del propulsor, que en ciertas situaciones funciona solo con dos, reduciendo el gasto de combustible.

También cuenta con un selector de modos de conducción que permite elegir entre Normal, Deportivo y Pista, variando parámetros como la respuesta del motor, la dirección o el control de estabilidad al seleccionar uno u otro.

Equipa unos muelles desplazados que “mejoran la agilidad, estabilidad y respuesta de la suspensión trasera de eje torsional” y que suponen un ahorro de 10 kilos sobre una suspensión convencional, así como una mayor precisión en el giro y los cambios de dirección.

Además, de manera opcional pude llevar instalado el Control de Arranque, un sistema que combina el control de estabilidad electrónico, el control de tracción y el control de par para ofrecer la mejor salida posible desde parado.

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Mario Herráez

Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.

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