La historia de los airbags para vehículos comenzó mucho antes de que se convirtiera en un elemento común de la automoción. Fue en 1952 cuando el ingeniero estadounidense John W. Hetrick patentó el primer sistema de bolsa de aire, inspirado por un accidente familiar que lo llevó a imaginar una protección inflable para los ocupantes del coche. Sin embargo, no fue hasta 1973 cuando General Motors introdujo el primer modelo equipado con airbag: el Oldsmobile Toronado.
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Este vehículo, producido en una serie limitada, incorporaba un airbag frontal experimental que se desplegaba desde el salpicadero en caso de colisión. Aunque en sus inicios generó dudas y no fue adoptado masivamente, marcó el inicio de una revolución en la seguridad pasiva que hoy salva miles de vidas cada año. Ahora Ford, quiere ir un paso más allá colocando airbags en lugares que ayuden a mejorar enormemente la seguridad de los ocupantes, sobre todo, los de los asientos traseros.

Patentes para salvar vidas
Lo cierto es que Ford ha dado un golpe sobre la mesa en materia de seguridad automovilística. El gigante estadounidense ha publicado una serie de patentes que revelan su intención de incorporar airbags en zonas del vehículo donde hasta ahora no existían. ¿El objetivo? Maximizar la protección de los ocupantes en todo tipo de escenarios.
Una de las patentes más llamativas es la de un airbag de doble cámara integrado en el reposabrazos. Este sistema, oculto a simple vista, se desplegaría en caso de colisión lateral, extendiéndose hasta el techo para ofrecer una cobertura vertical sin precedentes. Además, el mecanismo sería capaz de detectar si el reposabrazos está en posición baja o elevada, ajustándose automáticamente para garantizar la máxima eficacia.

La asignatura pendiente de los pasajeros traseros
Otra patente reciente muestra un sistema de airbag que se despliega desde la consola central hacia las puertas, envolviendo a cada pasajero de la segunda fila, incluido el del asiento central. Esta solución no solo evita que los ocupantes se golpeen entre sí, sino que también reduce el riesgo de lesiones en choques frontales, una zona históricamente menos protegida.
Ford también ha registrado una barrera inflable que se despliega desde el techo entre las filas de asientos. Esta innovación busca evitar que los pasajeros traseros impacten contra los respaldos delanteros o se desplacen hacia el parabrisas en caso de accidente. Aunque estas patentes no garantizan su implementación inmediata, sí reflejan el compromiso de Ford con la evolución de la seguridad.

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