Quién era Ford y por qué su logotipo es un óvalo

Ford es parte importante de la historia del automóvil. Tal día como ayer, hace 159 años, nacía su fundador y marcaría el rumbo al resto de fabricantes.

Todo empezó por un reloj. El estadounidense Henry Ford vino al mundo en Springwells Township (Michigan) el 30 de julio de 1863. Era el mayor de seis hermanos en una próspera familia de granjeros y, desde muy pequeño, compaginó las tareas agrícolas con la escuela, demostrando siempre una especial predilección por la mecánica. 

Su vida cambió el día que su padre le regaló un modesto reloj de bolsillo. Fascinado por el mecanismo de precisión, lo estudió a fondo y despertó en él una vocación por las máquinas que le acompañaría durante toda su vida. Baste como ejemplo un motor de vapor que construyó a la precoz edad de 12 años.. 

Estas tempranas inquietudes por la ingeniería le llevaron a trasladarse en 1879 a la vecina ciudad de Detroit para aprender mecánica; aunque regresando esporádicamente a la granja durante la temporada de recolección para ayudar a su familia.  

Pero su destino ya estaba sellado y, después casarse con Clara Bryant y de trabajar algún tiempo en un aserradero, en 1891 es nombrado ingeniero jefe de la Edison Illuminating Company, compañía que aseguraba el funcionamiento de la red eléctrica necesaria para mantener encendidas las luces de la ciudad de Detroit. 

Una destacada posición profesional que le permitiría desarrollar en privado la mayor de sus inquietudes. Fascinado por los entonces novedosos motores de combustión interna, comenzó a experimentar y perfeccionar su funcionamiento durante sus ratos libres y sobre la mesa de la cocina familiar.  

Coches de carreras y quiebra

Poco tiempo después sus investigaciones tomarían forma. En 1986 arrancó su primer vehículo, un cuadriciclo motorizado artesanal que llevaba ruedas de bicicleta. Cautivado por su pasión, dimitió en 1899 de la compañía eléctrica del también inventor Edison para dedicarse a la fabricación de coches de carreras bajo el nombre Detroit Automobile Company. Aunque con poco éxito pues el proyecto quebró al cabo de un año. 

Henry Ford y el Model T de 1921.

Con el nacimiento de un nuevo siglo, el Ford inventor dio el salto a empresario. Con otros socios fundó en 1903 la Ford Motor Company, detentando la cuarta parte de las acciones de la compañía y ejerciendo las funciones de vicepresidente e ingeniero jefe. La producción de coches arrancó de inmediato en un pequeño taller de la avenida Mach de Detroit. 

Haciendo gala de un empuje fuera de lo común, tres años más tarde Ford ya se había convertido en presidente y propietario mayoritario de la compañía. Sus planes atisbaban mucho más lejos en el tiempo y ambicionaba seducir a un gran número de clientes con un coche fiable, asequible y capaz de transitar por los peores caminos. 

Por delante de los competidores

En 1908 consumó sus proyectos con el lanzamiento del Ford T, un modelo mítico que ha quedado para la historia y convirtió a su creador en uno de los industriales más importantes del mundo. El Ford T supuso la primera gran revolución en el mundo del automóvil y, a partir de entonces, el resto de fabricantes se inspiraron en los métodos concebidos por Ford para inventar la producción en grandes series.  

Prototipo del Ford Mustang 1962.

El éxito comercial no se hizo esperar y, en 1919, Ford y su hijo Edsel compraron todas las acciones de la empresa para ser únicos propietarios. Más tarde, el heredero de aquel imperio industrial relevó a Henry en la presidencia cuando se retiró. Pero la temprana muerte de Edsel en 1945 obligó a su progenitor a volver a tomar las riendas del negocio para traspasárselas dos años después a su nieto, Henry Ford II. 

El fundador de la saga murió en 1947 a los 83 años en su domicilio de Dearborn, a la luz de las velas. Unas fuertes inundaciones, provocadas por el desbordamiento del río Rouge, habían interrumpido el suministro eléctrico, que tanto había influido en la vida de éxito del genial magnate estadounidense.

De la guerra al Ford Fiesta  

La expansión industrial de Ford traspasó las fronteras y la compañía abrió plantas de producción en otros continentes como Asia y Europa, y también en lugares lejanos como Rusia, Australia o Argentina. El estallido de la II Guerra Mundial obligó a las fábricas estadounidenses a contribuir al esfuerzo bélico, produciendo en sus instalaciones material diverso como bombarderos, jeeps y carros de combate. 

Y durante el conflicto se dio la paradoja de que, mientras las plantas rusas fabricaron gran cantidad de vehículos de transporte para el ejército rojo, las establecidas en Alemania y en la Francia ocupada hicieron lo propio para equipar a las tropas nazis.

Ford Fiesta de 1981

Durante el primer tercio del Siglo XX, España tampoco se sustrajo al fenómeno industrial que llegó desde Detroit. En 1920 Ford comenzó a producir coches, camiones y tractores en una línea de montaje instalada al efecto en Cádiz. Aunque poco después, y por desavenencias fiscales con la administración, la empresa estadounidense abandonó el país para regresar décadas más tarde, en 1976, e inaugurar la actual factoría de Almussafes (Valencia) para fabricar el Fiesta, uno de los superventas europeos más sobresalientes.

A lo largo de su historia Ford ha generado grandes mitos, por ejemplo ganando cuatro veces las 24 Horas de Le Mans en los años 60 y también con modelos que se han convertido en íconos a nivel mundial. Como el codiciado Mustang, que apareció en el mercado americano en 1964 y aún hoy en día, en su sexta generación, sigue siendo el deportivo más vendido en el mundo. O la pick-up F-150, un referente entre los coches más duros y que se encuentra en el séptimo puesto de los coches más vendidos a nivel global (562.000 unidades).

Ford Mustang Mach-E

Ahora Ford se encuentra inmersa en la gran transformación energética del automóvil. A medida que adapta sus plantas de producción a las nuevas exigencias de electrificación, ya ofrece en su gama mecánicas híbridas y enchufables (Puma y Kuga), capitaneados por su buque insignia, el SUV eléctrico de última generación Mustang Mach-E. Y la marca también prepara para 2024 una serie de modelos inéditos que funcionarán solo con electricidad.

Logotipo de Ford

En sus orígenes, el logotipo Ford lucía un estilo art nouveau y unas letras de estilizada caligrafía. Pero en 1911 se diseñó el primer emblema en forma de óvalo, aunque entonces se trataba de carteles para distinguir a los concesionarios británicos de otras marcas y poder reconocerlos a distancia.

Un formato que la compañía recuperó mucho después, en 1976, y lo combinó con la grafía del nombre original para universalizar la imagen de la marca en todo el mundo, tanto en el frontal de sus vehículos como en los talleres, concesionarios y las sedes internacionales.

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