En el fenómeno SUV en el que vive el sector cada vez es más difícil encontrar un todoterreno de los genuinos. Mercedes Clase G, Mitsubishi Montero, Toyota Land Cruiser o Jeep Wrangler son de los pocos ejemplos que quedan y por eso parece lógico que quieran mantener su esencia a pesar de afrontar diversas renovaciones. De ahí que la nueva generación del Jeep, aunque esté cargada de novedades, parezca tan familiar.
Su estética es fácilmente reconocible gracias a la característica parrilla de siete listones y a los grupos ópticos redondos que pasan a ser Full LED en los acabados más altos de la gama. En el paragolpes se añaden luces diurnas LED y los pasos de rueda son incluso más musculosos que antes. En su estructura y carrocería hay abundantes elementos de aluminio y alguno de magnesio, que ayudan a rebajar el peso 91 kilos sobre el Wrangler previo.
El modelo ha mejorado su capacidad todoterreno: la altura libre al suelo es de 274 mm, puede vadear hasta 762 mm, tiene un ángulo de ataque de 44 grados, uno de salida de 37 y uno ventral de 27,8. Además, se ofrece en una gran variedad de versiones: aparte de las carrocerías de tres o cinco puertas, existe la posibilidad de montar un techo fijo, un techo duro en forma de paneles desmontables o una capota de lona eléctrica. Por último, está disponible con cuatro niveles de acabado: Sport, Sport S, Sahara y Rubicon.
Como hasta ahora, el Rubicon es su variante más capaz en el uso off road: los pasos de rueda están 50 mm más arriba para albergar los neumáticos de 33 pulgadas, monta ejes específicos, su reductora tiene una relación de reducción de 4:1, las barras estabilizadoras pueden conectarse o desconectarse electrónicamente y la suspensión tiene modificaciones.
En función del acabado, el Jeep Wrangler recurre a una transmisión 4×4 conectable o permanente, así como diferencial trasero de deslizamiento limitado. El motor más potente con el que se ofrece es el 3.5 V6 Pentastar de 285 CV y 353 Nm de par, pero el bloque más destacado es el 2.0 Turbo de 268 CV y 400 Nm, que emplea un sistema eléctrico de 48V para utilizar tecnología mild-hybrid.
El interior recibe una conveniente modernización, mejorando la calidad de los materiales e incorporando tecnología de última hornada, como cámara de marcha atrás. El cuadro de instrumentos combina dos relojes con una pequeña pantalla y el sistema multimedia, compatible con Android Auto y Apple CarPlay, puede montar pantallas táctiles de 5,7 a 8,4 pulgadas.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.