Los últimos años han demostrado que la realidad cambia constantemente y de manera inesperada. Lo que ayer era incontestable, hoy quizá roce lo incierto. Es por eso por lo que los clientes han adaptado sus gustos y exigencias en consonancia y en todo tipo de mercados, no siendo una excepción el de los automóviles.
La compra de un coche, como cualquier otro gran desembolso económico, es una decisión muy importante y que suele supone un compromiso durante varios años. Sin embargo, en ese periodo las circunstancias del conductor pueden variar mucho, hasta el punto de que ese automóvil deje de cumplir con los nuevos requerimientos del conductor.
Debido a ello, poco a poco ganan fuerza las fórmulas flexibles, que son adaptables y permiten al interesado estructurar la operación de la manera que más le convenga.
La compra flexible
El formato más habitual en esta nueva tendencia es el renting flexible, que permite disfrutar de un coche durante el periodo que el cliente elija, estableciendo una cuota mensual en función del kilometraje estipulado, de los meses que se contrate el servicio y otros parámetros básicos.
Sin embargo, Seat ha apostado por una solución que va más allá en el concepto: Seat Flex, un sistema de compra flexible que combina los puntos fuertes de la adquisición de un vehículo, con las bondades del formato de renting.
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El usuario siempre tiene el coche en propiedad, pero además puede decidir sobre multitud de cuestiones fundamentales: si abona entrada o no, cuál va a ser la duración del contrato y qué kilómetros anuales va a recorrer con el vehículo. La cuota mensual que deberá abonar varía en función de ellos y, una vez termine el contrato, podrá elegir qué hacer con su vehículo: mantenerlo en propiedad, cambiarlo por otro distinto o devolverlo. Además, durante la duración del contrato se incluyen el mantenimiento y la garantía del vehículo.
La compañía permite establecer una duración del contrato desde los 12 hasta los 60 meses, así como distancias de entre 10.000 y 40.000 kilómetros al año. Esto se traduce en una amplia variedad de combinaciones, logrando un abanico de opciones que se puede ajustar a los intereses de cualquier tipo de conductor.
El fenómeno SUV
La firma española ofrece todos los modelos de su gama bajo la fórmula Seat Flex, pero entre ellos destaca el Seat Ateca, el SUV compacto de la gama, una alternativa versátil que cubre las necesidades de una amplia variedad de clientes.
Desde este mismo mes de junio y con disponibilidad de entrega inmediata, se puede acceder al Ateca desde 180 euros al mes. Esta cuota corresponde a la versión 1.0 TSI 110 CV con el acabado Reference XM, una entrada de 5.688 euros, 10.000 kilómetros anuales y una duración de 36 meses. Si el cliente optase por conservar el vehículo pasado los tres años del contrato, la cuota final sería de 17.942 euros.
Sin embargo, cada interesado puede variar los parámetros de la forma que más le convenga para comprar su Seat en las mejores condiciones.
Un modelo de referencia
El Seat Ateca fue el primer SUV de la marca, un modelo que pertenece al segmento C de esta tipología, el que más demanda presenta en el mercado. Es un todocamino polifacético, gracias a sus medidas (4,38 metros de largo), al espacio interior que ofrece (510 litros de maletero) y a una oferta mecánica variada que incluye desde motores centrados en el bajo consumo, hasta los que ofrecen un mayor rendimiento y prestaciones.
Mantiene en su gama opciones diésel con el motor 2.0 TDI de 115 CV y una variante del mismo propulsor con 150 CV, perfectos para quienes hagan muchos kilómetros por carretera. Los motores de gasolina incluyen un bloque 1.0 TSI de 110 CV y un 1.5 TSI de 150 CV. Los de acceso son manuales, pero los superiores también pueden ser automáticos con cambio DSG de siete velocidades, y el de gasóleo incluso se puede combinar con un sistema de tracción integral. Así, la variedad de opciones está servida.
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