Llueve afuera y el conductor duda, no ve bien, no calcula, y aunque viaja a 90 km/h la frenada se le queda corta cuando tiene que reaccionar: a esa velocidad, con el asfalto mojado, un turismo tarda un promedio de 32 metros más en detenerse. Entonces choca y causa un accidente múltiple por alcance, caso prototípico, porque a su espalda se repiten los titubeos y los errores. Todos los años, los siniestros en los que concurren las malas condiciones meteorológicas se cobran miles de víctimas en España.
Aunque sucede más en el norte peninsular, el panorama resulta complicado para todos: nueve de cada 10 automovilistas afirman que se ponen al volante sin la formación necesaria para conducir con mal tiempo.
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Niebla, viento, nieve y lluvia son los elementos más peligrosos y estuvieron presentes, entre 2014 y 2023, en 134.000 accidentes de tráfico en los que perdieron la vida 1.614 personas, un 10% de los fallecidos en la carretera. Un informe recién publicado por la Fundación Línea Directa añade que cerca de 180.000 personas resultaron heridas y casi 8.000 necesitaron hospitalización debido a la gravedad de sus lesiones. Las cifras se disparan de octubre a diciembre.
La carretera más peligrosa
La lluvia está presente en casi siete de cada 10 siniestros con meteorología adversa (66%), muy por encima de la niebla ligera (20%) y el viento fuerte (7%). Sin embargo, los accidentes con niebla intensa duplican la letalidad de un siniestro convencional.

Entre otros detalles, el estudio identifica las vías interurbanas con el mayor número de fallecidos en siniestros con malas condiciones meteorológicas en España. El peor tramo de carretera está en la B-10, en Barcelona, entre los kilómetros 0,1 y 17, con 12 fallecidos en la última década. Se suman a la clasificación otro trecho de la misma carretera (kilómetros 6,6–16), la C-14 en Lleida (kilómetros 105,8-139,5), la N-VI en Segovia (kilómetros 69,1-78,0) y la AC-552 en A Coruña (kilómetros 26,3-47,6).
Accidente tipo con meteorología adversa
El informe también bosqueja el accidente tipo con mal tiempo, que suele implicar a conductores hombres (72%) de unos 40 años de edad y durante el día, aunque la probabilidad de fallecimiento aumenta notablemente en horario nocturno. El viernes es el día de la semana con más accidentes de este tipo y los meses de octubre a diciembre, los que acumulan la mayoría de los siniestros.

Dos de cada tres siniestros se registran en entornos urbanos (en su mayoría colisiones frontolaterales), pero la letalidad aumenta en las carreteras convencionales, ramales y vías de servicio. En este caso, predominan los alcances. Y aunque los vehículos más presentes son los turismos de unos 11 años de antigüedad, la letalidad es superior si está involucrado un camión. De cualquier modo, el atropello es el tipo de accidente más mortal, da igual la vía de que se trate.
A partir de los datos analizados, puede dibujarse un mapa que refleja la proporción de muertes con meteorología adversa respecto al total de fallecidos en siniestros viales. La España meridional sale perdiendo. Galicia es la comunidad autónoma con un porcentaje superior (19,9%), seguida de Asturias (18%) y Navarra (15,5%), todas muy por encima de la media nacional (9,5%). En el lado opuesto sobresalen Murcia (2,8%) y Canarias (3,7%).
Ansiedad e infracciones con mal tiempo
El estudio de la Fundación Línea Directa revela que el 73% de los conductores españoles ha vivido situaciones de riesgo en carretera debido a la climatología adversa. No extraña, por tanto, que el 38% de los conductores asegure experimentar ansiedad e inseguridad al volante cuando hay mal tiempo. Aun así, unos 6,2 millones de conductores (22%) admiten cometer infracciones también con mal tiempo, en particular por exceso de velocidad. Y el informe añade otro dato relevante: el 72% cree que el impacto del cambio climático sobre la seguridad vial será negativo, ya que provocará fenómenos ambientales extremos y peligrosos.
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