La preocupante condición de los coches españoles

Los coches que circulan por España cada vez son más antiguos. Los automóviles no se renuevan al ritmo de hace unos años y en los últimos tiempos el envejecimiento del parque español ha alcanzado unas cifras preocupantes.

Así lo pone de manifiesto la nueva edición del Barómetro del Arval Mobility Observatory, que analiza el estado de los coches que circulan por las carreteras españolas. Los datos no podían ser más evidentes: en 2008, cuando arrancó este estudio, la media de edad era de 8,3 años; ahora, la antigüedad es de más de 14 años.

El parque ha envejecido un 70% durante este periodo y no parece que la tendencia vaya a cambiar, pues por factores como la situación económica, la escasez de coches nuevos y el precio de estos, los compradores se vuelcan en el mercado de segunda mano.

Y no compran vehículos de ocasión cualquiera: las ventas que más aumentaron en 2022 fueron las de coches usados antiguos. Se vendieron más de 400.000 vehículos con entre 10 y 15 años y más de 727.000 con más de 15 años.

Además, hay que tener en cuenta que si el dato no es todavía peor es por la presencia de las compañías de renting, que son los principales actores en la renovación de las flotas. En 2022, sus matriculaciones supusieron el 26,66% del mercado.

Las razones de la situación actual

La situación económica es gran responsable del estado actual. Según la Organización de Consumidores y Usuarios, mientras el IPC ha subido un 15,3% en el último lustro, los coches nuevos se han encarecido un 40%, así que muchos compradores se han volcado en el mercado de segunda mano.

Esto también se ha visto favorecido por la escasez de oferta o los largos plazos de entrega, que en 2022 ascendieron a una media de 152 días.

Las consecuencias de un parque tan envejecido

El primer efecto negativo de la edad media tan avanzada de los coches españoles afecta a la seguridad. Modelos con tanta antigüedad presentan sistemas menos avanzados que los actuales, a lo que se suma que los mantenimientos que se hacen son menos frecuentes, por lo que el estado de los vehículos es peor.

El segundo atiende a la ecología, puesto que son coches que cumplían con normativas de emisiones menos estrictas, así que resultan más contaminantes que los modelos actuales.