Los automóviles de hibridación suave pueden ser más interesantes que los híbridos tradicionales, porque tienen precios inferiores, reciben la misma etiqueta Eco de Tráfico y, además, sus consumos, dependiendo de los modelos, llegan a ser hasta inferiores, ya que no tienen que arrastrar el peso de unas baterías convencionales. Y es que habitualmente se gasta menos con un utilitario o un compacto de hibridación ligera que con un pesado SUV híbrido.
Muchas marcas ofrecen ya modelos con esta tecnología de hibridación suave, pero no todos son iguales. Los hay muy potentes y poco eficientes, y otros que presentan consumos bajos pero que, por sus limitadas prestaciones, apenas pueden salir de la ciudad para afrontar desplazamientos por carretera.
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La virtud, como casi siempre, está en el término medio. Es decir, proponer un correcto equilibrio entre todos los aspectos, desde la potencia y el consumo hasta el precio, la utilidad diaria y las aptitudes viajeras. En este campo, Mazda es uno de los fabricantes que aporta la mejor receta. Y sus ventas lo confirman, porque en 2020 el 66% de sus pedidos correspondieron a estos modelos de hibridación suave, que la marca denomina Mazda M Hybrid.
Ventas en ascenso
Los automóviles con la tecnología Mazda M Hybrid más vendidos fueron, por este orden, el SUV compacto Mazda CX-30, el compacto Mazda3 y el utilitario Mazda2. Y las matriculaciones crecen a tal ritmo que se pueden hablar de un auténtico boom, porque en 2019 las entregas de coches con hibridación suave del fabricante japonés se quedaron en el 23% del total.
Para José María Terol, consejero delegado de Mazda Automóviles España, la clave está en el “excelente equilibrio alcanzado entre bajas emisiones y prestaciones de nuestra gama electrificada, un avance que sitúa a Mazda a la vanguardia del mercado”.
Cómo funcionan
El concepto básico es el mismo de los híbridos: introducir un apoyo eléctrico que ayude a mover el coche, descargando así de trabajo al motor térmico principal y consiguiendo una reducción de los consumos y emisiones.
Los vehículos de hibridación suave tienen dos sistemas eléctricos: el habitual de 12 voltios, conectado a la batería y que alimenta los sistemas del vehículo (arranque, faros, pantalla central…), y otro adicional de mayor voltaje, que se asocia al motor eléctrico de apoyo y a su batería.
En los Mazda M Hybrid el sistema eléctrico adicional tiene 22,5 (Mazda2) o 24 voltios (Mazda3 y CX-30) y su batería almacena la energía recuperada en las desaceleraciones y frenadas, utilizándola después para hacer funcionar el motor eléctrico. Y de esta forma se crea un círculo virtuoso de energía gratuita.
Mejor respuesta
En la práctica, el motor eléctrico ayuda a iniciar la marcha (uno de los momentos de mayor consumo, especialmente en ciudad) y asiste también al circular a bajas revoluciones, ya sea porque se rueda despacio (tráfico urbano, carreteras comarcales…) o porque se circula en marchas largas (viajes).
Su potencia limpia opera hasta unas 3.000 revoluciones, cubriendo así los vacíos de empuje de los motores de combustión a bajas vueltas, y creando un conjunto que no solo mejora la eficiencia, sino que también aumenta el disfrute al volante. Es como tener un miniturbo que no aumenta el gasto.
Además, hay otras ventajas. Al tener mayor capacidad eléctrica, el sistema de parada y arranque del motor (i-Stop en Mazda) puede funcionar más tiempo y contribuir también a la reducción global del consumo.
Mazda 2, utilitario
El utilitario de la marca saca pleno partido a las bondades de la hibridación suave. Y su motor Skyactiv G de gasolina, un 1.5 de 90 CV, refuerza su equilibrio entre prestaciones y eficiencia gracias al apoyo eléctrico.
El modelo puede bajar de 10 segundos en el 0 a 100 km/h y superar 180 km/h, pero asimismo se conforma con un consumo medio de solo 5,3 litros cada 100 kilómetros. Las emisiones de CO2 también son notables: 120 g/km.
Mide 4,07 metros de longitud, tiene cinco plazas y un maletero de 250 litros, y la mecánica puede combinarse con cambios manual y automático, ambos de seis marchas.
Mazda 3, compacto
El familiar compacto, que mide 4,46 metros y tiene un maletero de casi 360 litros, está disponible con dos versiones M Hybrid diferentes, de 122 y 186 CV, las dos disponibles con cambios manual y automático, y la última incluso con tracción 4×4.
La primera lleva un motor 2.0 Skyactiv G de 122 CV, y certifica un consumo medio de 5,5 litros cada 100 kilómetros. La más potente, en cambio, equipa la nueva evolución del revolucionario motor 2.0 Skyactiv X, que se llama ahora e-Skyactiv X, y logra proporcionar 186 CV y un gasto promedio de solo 5,2 litros (antes 180 y 5,6), y menos emisiones aún que el utilitario: tan solo 118 g/km.
Además, en la carrocería Sedán o de cuatro puertas, que presenta una aerodinámica aún más afinada, este propulsor consigue bajar a solo cinco litros y 114 g/km.
Mazda CX-30, SUV ligero
El SUV de Mazda es más bajo, compacto y ligero de lo normal entre estos coches, y se beneficia asimismo de las ventajas del apoyo microhíbrido.
Mide 4,39 metros y su maletero tiene 430 litros. Y está disponible con los mismos motores del compacto Mazda 3, y también con sus opciones de cajas de cambios y sistemas de tracción.
La versión de 122 CV consume 6,2 litros cada 100 kilómetros, y la de 186 CV, consigue bajar a solo 5,7 litros.
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