El conductor que circule por la carretera y no reconozca una señal de tráfico no debería sorprenderse, o no tanto, porque podría no haberla visto nunca y ni siquiera estar obligado a conocerla. Es una paradoja que puede sobrevenir también a quienes acaban de obtener el carnet de conducir; esas señales existen, pero es como si no: no son oficiales ni aparecen en los libros de las autoescuelas.
Se queja de esto, porque afecta a la seguridad vial, a la movilidad urbana y a su trabajo diario, la Asociación de Fabricantes de Señales Metálicas de Tráfico (AFASEMETRA), que denuncia este pequeño caos en boca de su presidente, Francisco Cano: “Las señales que aparecen en el Reglamento General de Circulación y las del Catálogo Oficial de Señales Verticales no son las mismas”.
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El reglamento –publicado en el BOE en 2003– recoge las formas, dimensiones y colores de la señalización vertical y menciona dos documentos a los que deben remitirse los fabricantes: una norma revisada en 2014 y un catálogo de señales (unas 400) que no se ha actualizado desde 1992, a pesar de que cuenta con dos borradores de revisión.
En total, la situación afecta a 125 señales y carteles nuevos, además de 20 señales que han sido anuladas. En la práctica, ocurre que muchos conductores pueden ver señales diferentes que indican lo mismo según en qué municipio se encuentren, con la consiguiente confusión y desconfianza. “Han pasado 18 años desde la última modificación del reglamento, en los que hemos venido fabricando nuevos modelos de señales que no están cubiertas por ninguna legislación nacional”, se queja Francisco Cano.
El problema afecta también a los responsables de la señalización de las vías, ya sean municipales, provinciales, autonómicas o estatales. “Cuando no existe una señal oficial, se ven obligados a idear una nueva y recogerla en una normativa propia al objeto de darle legalidad”. El resultado es que se fabrican señales distintas para objetivos similares o, en algunos casos, se recurre a señales incluidas en las actualizaciones del catálogo de 2015 y 2018, que no han sido publicadas oficialmente. Su uso es un error –sostiene Cano– porque la señal puede ser diferente “de un borrador a otro, y de ellos a la versión que en un futuro se publique”.
AFASEMETRA se pregunta, en definitiva, “qué señales están estudiando los futuros conductores en las autoescuelas, si las que están en el reglamento en vigor desde 2003, o las distintas normativas municipales, provinciales, autonómicas o estatales”.
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