No llegará a producción, pero ¿acaso importa? Lexus ha demostrado que puede llevar su capacidad de diseño de la carretera a los mares con su último prototipo, un espectacular yate.
Eso sí, en este caso han optado por unas formas más orgánicas que las habituales en sus coches, dejando a un lado las aristas para que las curvas tomen el protagonismo. El exterior presenta un acabado bitono, con la parte superior en un tono bronce de acabado mate y la inferior en un gris metalizado brillante.
El ‘habitáculo’ combina un puesto de conducción formado por un volante, una enorme pantalla y tres asientos (piloto y dos copilotos), con dos bancadas en los laterales con capacidad para tres pasajeros cada una.
Ya que nunca se fabricará, la compañía ha podido tomarse ciertas licencias en su navío de 12,7 metros de eslora. Así, por ejemplo, han sustituido la estructura de plástico reforzado habitual en estos modelos por una de CRFP, lo que a la larga ha supuesto el ahorro de casi una tonelada de peso.
Esto, sumado su dos motores gemelos, un par de bloques 5.0 V8 gasolina con 440 CV de potencia cada uno, le permite navegar a velocidades de hasta 43 nudos, unos 80 km/h.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.