Cuesta no girar la cabeza a su paso y nunca deja indiferente: puede parecer horroroso -a la mayoría- o provocar sonrisas de simpatía -a unos pocos-, pero es imposible pasar desapercibido. Se llama Cube y es la alternativa transgresora de Nissan a los últimos utilitarios de diseño, como el Mini o el Fiat 500, pero su peculiar inspiración japonesa refleja un choque cultural con los gustos europeos. Sale a la venta en febrero, desde 16.950 euros, con motores de gasolina y diésel.
El Cube salió en Japón en 1998 y se ha convertido en un icono urbano: 1.000.000 de unidades vendidas. El modelo que llega ahora a Europa es la tercera generación y, como refleja su nombre, aplica un diseño cúbico para distinguirse y ofrecer un interior más amplio y un acceso más cómodo. En realidad, parece un cóctel entre la interpretación moderna de un taxi londinense y una furgoneta de reparto tipo Citroën Berlingo, pero con un diseño de estilo retro que parece sacado de un cómic infantil.
Su diseñador, John Sahs, un norteamericano de origen vietnamita, tampoco es convencional, y se ha inspirado en detalles de lo más peculiares: «El frontal recrea la cara de un bulldog, el trazo de unión del portón y el parachoques procede de la cintura de Jennifer López y las formas del interior se me ocurrieron en un jacuzzi». Además, el portón es asimétrico para mejorar la visibilidad al aparcar: en los países con volante a la derecha no lleva pilar en el lado izquierdo y en el resto se elimina el del lado derecho.
El objetivo del diseñador era conseguir un modelo de línea muy original que fuera más amable y relajante con sus ocupantes: «Quería hacer un coche para conducirlo con tranquilidad hablando con los amigos como si se viajara dentro de un jacuzzi». Así, los asientos delanteros se inspiran en las butacas de casa y las plazas traseras en un sofá. El enorme techo de cristal tiene una cortina opaca y otra blanca traslúcida que imita a las de papel japonesas. Las ventanillas parecen los marcos de un cuadro, tanto desde dentro como desde fuera, y el portón trasero se abre lateralmente, como las neveras. Estas soluciones unidas a una carrocería muy cuadrada aumentan la sensación de amplitud y luminosidad interior, pero el resultado final presenta carencias. Así, aparte de una estética muy arriesgada que provoca rechazo, la aerodinámica (CX: 0.35) es mala y penaliza el consumo. Y los asientos no sujetan en las curvas y reducen el confort. Pero por lo demás, aunque apenas mide cuatro metros, como un Ibiza, es un coche amplio de tacto muy suave y silencioso que permite disfrutar del paisaje como si se viajara en la ventanilla de un tren.
El Nissan Cube se venderá con dos motores de 110 CV. En febrero llegará el 1.6 de gasolina con cambio manual de cinco marchas (6,6 litros de media, 151 g/km de CO2 y 16.950 euros) o caja automática CVT (7 litros, 159 g/km y 17.950). Y en abril saldrá un 1.5 turbodiésel con cambio manual de seis marchas (5,2 litros, 135 g/km y 18.550). Habrá tres acabados, pero el básico Tekna incluye ya seis airbags, ABS, ESP, aire acondicionado, techo de cristal y radio CD, entre otros detalles. Nissan espera vender 1.000 Cube al año en España.
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