En 2014, como hermano pequeño del BMW X6 y variante deportiva del BMW X3, nacía el BMW X4. En sus cuatro años de producción ha vendido cerca de 200.000 unidades y BMW ha decidido que, igual que con el X3, ha llegado el momento de estrenar su nueva generación. No es un movimiento muy habitual (los ciclos de vida suelen ser más largos), pero la renovación servirá para que continúe su exitoso camino.
Lo esencial permanece inalterado, con la reconocible silueta cupé como gran atractivo, a lo que se suma una estética algo más agresiva, con una voluminosa parrilla de doble riñón en tres dimensiones, unos grupos ópticos de gran tamaño y unas entradas de aire en el paragolpes cuyo diseño no puede sino recordar al recién estrenado BMW X2. Otro detalle bastante interesante son los pilotos traseros, completamente horizontales y con un tamaño bastante reducido.
El que no se ha hecho más pequeño, sino todo lo contrario, es el coche en sí. Respecto a su predecesor es 81 mm más largo, 37 mm más ancho y tiene una distancia entre ejes 54 mm mayor. No deja de ser un modelo compacto, pero esos centímetros extra mejoran la habitabilidad interior.
El habitáculo resulta familiar respecto a otros modelos de la marca, pero BMW afirma que se ha diseñado pensando en el puesto de conducción: asientos deportivos más elevados, cuadro de instrumentos rebajado, Head-Up Display, tapicería de cuero Vernasca, apliques cromados y un sistema de infoentretenimiento con funciones gestuales que puede estar soportado por una pantalla de hasta 10,25 pulgadas. En cuanto al maletero, cubica 525 litros y puede llegar hasta los 1.430.
Desde el momento de su lanzamiento, el BMW X4 estará disponible en siete versiones, cuatro diésel y tres de gasolina, todas ellas con tracción integral. La gama queda configurada de la siguiente manera:
DIÉSEL
• xDrive20d (190 CV)
• xDrive 25d (231 CV)
• xDrive30d (265 CV)
• M40d (326 CV)
GASOLINA
• xDrive20i (184 CV)
• xDrive30i (252 CV)
• M40i (360 CV)
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.