¿Es posible que las estaciones de servicio automáticas echen agua en el carburante para timar a los conductores? ¿Cómo es el taxi con más kilómetros del mundo, afincado en España y que no ha salido nunca de su isla?
Son dos de los asuntos que más ha llamado la atención de los lectores de EL MOTOR en los días pasados. Este es un breve resumen de las noticias más leídas de la semana.
La nueva duda (y grave) sobre las gasolineras baratas
¿Las gasolineras low-cost echan agua al combustible? Lo cierto es que en España hay un suministrador único de carburante: la Compañía Logística de Hidrocarburos (CLH).
Tal y como establece la ley de hidrocarburos, ella se encarga de almacenar el petróleo de las refinerías nacionales, lo reparte y lo traslada hasta cualquier estación de servicio. Ese combustible (gasolina o diésel) tiene que pasar una serie de controles para cumplir con las normas europeas de calidad establecidas.
Esto es fácil de comprobar con el etiquetado, vigente desde octubre de 2018. Así las cosas, el carburante que llega a las gasolineras es el mismo para todas, independientemente de su destino, y no se puede adulterar con agua.
El taxi con más kilómetros del mundo está en España
Corría el año 1986 cuando Domingo (más conocido como ‘Dominguito’) adquirió un Mercedes que convertiría en taxi. Concretamente, era un Mercedes Benz W123 Lang 240D Limousina, impulsado por un motor diésel de cuatro cilindros que desarrolla una potencia de 71 CV. En aquel momento sólo optó por un extra: la caja manual de cinco velocidades.
Tardó en matricularlo un par de años: fue el 30 de agosto de 1988 cuando comenzó a acumular kilómetros. En aquel momento, probablemente, ‘Dominguito’ no imaginaba hasta dónde iba a llegar su taxi: hoy en día ha recorrido la misma distancia que si hubiera ido a la Luna nueve veces y que si hubiera dado la vuelta al mundo 175 veces.
El truco viral de la llave del coche en la barbilla
Hace un tiempo, un truco protagonizado por las llaves del coche se hizo viral en las redes sociales. Aseguraba que colocando el mando en la barbilla y abriendo la boca se multiplicaba el alcance de esas ondas, permitiendo, así, abrir el vehículo a una distancia mayor o encontrarlo cuando se ha perdido de vista en un aparcamiento.
Las explicaciones se basaban en la presencia de agua en el cuerpo (60%) y en el cerebro, que contiene un 70%. Estos fluidos convertirían la cabeza humana en el perfecto conductor porque atrapan esas ondas y las amplifican incrementando el alcance de las llaves: aseguran que doblan el radio de acción. EL MOTOR comprobó que el truco no funcionaba.
Sigue toda la información de EL MOTOR desde Facebook, X o Instagram