Los cambios de la DGT que paralizan las elecciones

Tráfico trabajaba en la aprobación de una batería de medidas que ahora tendrán que esperar a después de los comicios.

cambios DGT
Pere Navarro, a la derecha de la imagen, actual director general de Tráfico. | DGT

La convocatoria de elecciones generales anunciada por Pedro Sánchez tiene también un efecto inmediato en las modificaciones al Reglamento General de Circulación que tenía previstas la Dirección General de Tráfico (DGT). Una vez implementada la reducción de la velocidad en calzadas convencionales de 100 a 90 km/h, el equipo que dirige Pere Navarro quería seguir adelante con un paquete de medidas que ahora deberán esperar hasta conocer el resultado de los comicios del próximo 28 de abril.

La DGT trabajaba en una serie de modificaciones que ya había anticipado y que deberían incorporarse a la normativa probablemente antes de la llegada del verano, época tradicionalmente con un incremento significativo en los desplazamientos por carretera (en concreto, se barajaba su aprobación para el próximo 1 de julio). Una mayor dureza en las sanciones, rigor en el control y castigo de las distracciones al volante, la protección de los colectivos vulnerables y una mejora general de la formación eran los pilares esenciales de la reforma propuesta por Navarro.

Al menos hasta el mes de mayo, cuando el nuevo Gobierno esté formado y se conozca el nombre del nuevo director general de Tráfico, no se podrá saber si la línea de actuación es continuista o se producen cambios en el planteamiento general de la lucha contra la siniestralidad en España. Por el momento, estas son las modificaciones que quedan en suspenso:

Uso de dispositivos móviles

Estaba previsto que conducir utilizando el teléfono móvil con la mano (para hablar o cualquier otra funcionalidad) supusiera perder seis puntos del carnet (por los tres de ahora) y 500 euros de sanción (200 en la actualidad). Esa conducta iba a quedar equiparada a conducir borracho o drogado, negarse a hacer la prueba de alcohol o drogas, circular de forma temeraria, superar por más del 50% el límite de velocidad o utilizar inhibidores de radar.

Endurecimiento de las sanciones

Tráfico elaboraba un anteproyecto de ley por el que se modificaría el texto refundido de la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial. Este texto, que debía aprobar el Parlamento, apuntaba a castigar más duramente los excesos de velocidad en carreteras secundarias limitadas a 90 km/h. Circular a 111 km/h en esas vías supondría dos puntos menos en el carné y 300 euros de multa (esas sanciones se aplican ahora a partir de 121 km/h).

Elementos de seguridad

La DGT también se proponía a incrementar la detracción de puntos por no llevar puesto el cinturón de seguridad, el casco en los motoristas o el sistema de retención infantil, pasando de tres a cuatro puntos menos en el carnet.

Cursos de recuperación de puntos

Era la intención de Tráfico premiar a los conductores que desearan mejorar su conducta. De este modo, superar un curso de recuperación parcial hubiera sumado ocho puntos en el carnet, en lugar de los seis actuales. Además, después de dos años sin ninguna nueva infracción se podrían recuperar el máximo de 12 puntos. 

Sacarse el carnet

Otro objetivo de Pere Navarro era formar mejor a los nuevos conductores. Para ello, se apuntaban modificaciones que iban a afectar tanto a la formación del aspirante como al procedimiento de examen, para que fuera más riguroso y exhaustivo. Por ejemplo, el aprendizaje teórico para la obtención del permiso debía constar de al menos ocho horas presenciales de clases en la autoescuela, complementarias a las que el aspirante quisiera realizar por cuenta propia.

Velocidad en las ciudades

Aplicada ya en algunas ciudades, la DGT tenía también en su agenda la reducción general de la velocidad urbana a un máximo de 30 km/h en calles de un único sentido. Además, se pretendía llegar a un consenso para la regulación de los vehículos de movilidad personal, principalmente los patinetes.

Medidas para los motoristas

La DGT también había puesto en foco en la reducción de la siniestralidad entre los motoristas, para lo que se realizó un primer borrador de propuestas que iban desde la creación de un delegado de la moto en la entidad hasta la obligatoriedad del uso de guantes protectores, pasando por admitir la circulación de las motos por en arcén en condiciones de tráfico lento o retenciones, la creación de carriles específicos en las ciudades, la formación teórica presencial obligatoria o el establecimiento de controles de la vigencia de la ITV.

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