Seat acaba de presentar en París el nuevo León. Un modelo con el que quieren entrar en una nueva era. Incluso han sometido al logotipo a un régimen de adelgazamiento. Ofrece una imagen más estilizada que, según el presidente de la compañía, James Muir, refleja “la calidad la pureza y la precisión de la marca”. El nuevo León también se ha aligerado. Pesa 90 kilos menos que su antecesor gracias a una aleación más ligera y un diseño que con el que se ha conseguido aumentar su tamaño interior. Es cinco centímetros más corto y seis más ancho. Además han aumentado un 15% la rigidez y se han reducido las emisiones de Co2 hasta en un 22% en algunas motorizaciones.
Gracias a su “ingeniería armoniosa” va a ser un “hito” en su estrategia de producto ya que “reúne todos los valores intrínsecos de Seat”, según Muir , que no se corta tampoco al afirmar que “creará huella en el mercado”.
“El coche tiene que dirigirse tanto a la cabeza como al corazón”, insiste Muir, por lo que han tratado de recoger en él, “un diseño emocionante con una calidad excelente, lo mejor de la identidad alemana.” Según el vicepresidente de I-D, Matthias Rabe, “aún parado, parece en movimiento”.
Su lanzamiento está previsto para el mes de noviembre y las ventas se iniciarán con el arranque del nuevo año. Se ofrecerán tres versiones de carrocerías y es cinco centímetros más corto que el modelo precedente y seis más ancho.
En cuanto a los motores, la tercera generación del León ofrece una gama desde 1,2 a 2 litros, desde o lo que es lo mismo, desde 86 a 184 caballos de potencia. Todos ellos con inyección directa y turboalimentación.
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